¿Primavera en la Iglesia Católica?

Primavera

Hoy 20 de marzo empieza la primavera en el hemisferio norte mundial, adelantada este año un día a la fecha «oficial» del 21 de marzo. Reflexionemos, desde la teología y la praxis pastoral, si se puede hablar de primavera en la Iglesia católica….y, caso de respuesta afirmativa, pensemos en que regiones del orbe la ubicamos. Al hablar de Iglesia Católica sabemos que es «universal», y por ello comparto mi pensamiento al respecto.

Si. Seamos positivos y vivamos con la esperanza que es virtud teologal. Hay primavera católica en Asia y en África. Creo que es indiscutible y que negarlo sería caer en un peligroso «eurocentrismo» teológico que coloque siempre a occidente, y sobre todo a Europa, en la vanguardia cristiana. Si seguimos los datos (realidades, palabra más hermosa) que vienen de naciones como Sri Lanka, India, Vietnam, China, Corea del Sur (país donde los católicos crecen en progresión geométrica) hemos de sonreír desde la realidad oriental asiática. Si nos trasladamos a África, sobre todo a los países que fueron colonizados por Francia, constatamos con alegría que la levadura de Cristo se hace cada vez mayor. De Oceanía no se disponen de datos suficientes para evaluar, al menos no los conozco. Y si miramos hacia América la situación parece estar en una cierta «estática no muy definida». Tras el tremendo azote que supuso la teología de la liberación, que empujó a millones de católicos a las sectas protestantes y otros muchos a la indiferencia y/o mero humanismo ideológico, hay que reconocer la restauración habida sobre todo gracias a Juan Pablo II de la mano del que fuera su mano derecha y posterior Papa Benedicto XVI. No obstante la realidad católica en América ha sufrido el tsunami de la secularización interna y el efecto de la teología modernista de fabricación intelectual centro-europea.

La cuestión es Europa, América del Norte….o sea: el llamado «primer mundo»…..¿de verdad podemos afirmar que hay primavera en la Iglesia Católica?……hagamos una labor algo más concreta en la observación y frutos («por sus frutos se conoce al árbol» Mateo 7,16) y centrémonos sobre todo en Europa Occidental, Nórdica y Central….para afirmar de forma rotunda que toda imagen de primavera es puro espejismo. La Europa Oriental (paradójicamente comunista durante décadas) quizás por haber soportado la persecución del ateísmo marxista, ha estado en su catolicidad menos contaminada del modernismo con sus interminables análisis teológicos sobre respuestas a preguntas que nadie se hace excepto los teólogos. De ese modo la Iglesia Católica en Europa del Este se ha conservado mucho más fiel a la sana doctrina y más alejada de la secularización propia de convivir dentro del ambiente pagano materialista.

Miremos a Europa Occidental y Norteamérica: a todas estas naciones ufanas de su «democracia liberal, derechos humanos, racionalidad, tecnología, progreso…..» ¿Qué datos nada primaverales tenemos?…doy solo algunos muy significativos:

– Mínima celebración de la fe, con un porcentaje inferior al 5% de practicancia dominical de los bautizados

– Pérdida de sentido de pecado, que causa la mínima práctica de la confesión sacramental que en no pocos lugares se suplanta a través de absoluciones comunitarias

– Sacrilegio disparado entre muchos que reciben la Eucaristía o bien sin confesar o bien sin sentido de pecado grave

– Absoluta confusión de las conciencias en base a un relativismo que se ha convertido en el único «dogma» de la mayoría

– Sacramentalización sociológica que ha convertido  a las «primeras comuniones, bautizos, entierros, bodas, confirmaciones» en meros actos cívicos sin apenas contenido espiritual

– Desaparición de la familia natural numerosa sustituida por la «familia anticonceptiva» que consiste en introducir los métodos artificiales (incluyendo el preservativo) en la praxis habitual de la vida conyugal. Y sin sentido alguno de pecado

– Desaparición de la moral afectiva que educa los sentimientos y sentidos humanos, con la exclusión de la catequesis sobre la castidad y la aceptación como algo indiscutible de las relaciones sexuales pre-matrimoniales. Los pocos que tratan de vivir la pureza son menospreciados y ridiculizados

– Aborto disparado (en España el 25% de los embarazos) desde el pensamiento pagano de la utilidad material y el confort. Y sin sentido de pecado alguno…..¿qué es eso del pecado?…..pregunta la gente

* Paréntesis: Signo tremendo de que aquí no hay primavera es que el mismo Vaticano (a través de Lombardi) tuvo que hacer una nota de prensa hace unos meses para recordar que «el pecado existe». ¿Se imaginan que dentro de poco el Vaticano haga un comunicado para recordar que Dios existe y que Cristo es el Hijo de Dios?……………..

– Destrozo de la familia natural desde la ideología de género que ya ha hecho efecto en no pocos bautizados

– Complejo de inferioridad y debilidad suprema en la mayoría de los católicos que tienen cargos políticos (en España este dato es más que contundente y lamentable dada la tradición católica de nuestra historia)

– Secularización profunda en el clero y la vida consagrada, a la par que clericalización en el laicado

– Confusión doctrinal ramificada a todos los niveles de la vida pastoral (catequesis, formación, docencia….)

– Herejía solapada de apariencia pastoral en cuestiones que se derrumban como la «presencia real de Cristo en la Eucaristía, la transubstanciación, los dogmas marianos, ….etc

– Modernismo teológico en no pocas facultades de teología

– Modernismo formativo en no pocos seminarios

– Sustitución de la Escolástica por la filosofía personalista (DATO MUY IMPORTANTE)

– Sustitución del método deductivo por el solo inductivo

– Establecimiento de la «autonomía de la conciencia humana» pero sin formar con objetividad la conciencia

– Crisis la formación moral desde la aceptación del relativismo y el subjetivismo como norma casi-suprema

– Liturgia carcomida por el elevado número de abusos contra el misterio, el sacrificio y el mismo sacramento

– Tendencia a la democratización interna en la Iglesia, con los inmediatos efectos de falta de respeto, de autoridad, de devoción fervorosa y ánimo destructivo contra la Tradición

– Reducción de la fe al mero sentimentalismo (de origen «Nueva era» sobre todo), a la emoción pasajera y al compromiso que nunca es definitivo sino solo parcial y siempre con caducidad (espíritu de hacer una ONG de la Iglesia)

– Valoración de la Iglesia solo desde sus realizaciones a nivel social y cultural, despreciando la labor espiritual a cualquier nivel

¿Alguien anota algo más?………….dije que daría sólo algunos datos………

Jesucristo afirmó que la Iglesia estaría siempre bajo la protección del Espíritu Santo y que «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» (Mateo 16). Aunque el diablo haga estragos, por muy fuertes que sean, tenemos la promesa de Cristo de que la Iglesia no desaparecerá. La Virgen María también ha afirmado en Fátima que su Inmaculado Corazón triunfará al final. Pero ello no obsta para reconocer la fuerte crisis que asola a la Iglesia en esta época (y sobre todo desde el siglo pasado) y de modo especial en Occidente pagano.

Por tanto, para que no se nos acuse de «derrotismo»……respondemos a la pregunta sobre si hay o no primavera en la Iglesia con un SI desde la Esperanza, pero a la vez (siendo realistas) con un firme NO si se trata de occidente euroamericano.

No obstante, cualquiera tiene el derecho a vivir de fantasías…si con eso es más «feliz». El problema es que con fantasías no se causan ni alegrías permanentes en esta vida ni eternas en la otra.

Padre Santiago González
Padre Santiago González
Sacerdote de la archidiócesis de Sevilla ordenado en el año 2011

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