Por segunda vez en 2015, y ahora de forma mucho más violenta, la traición de Francia a manos de sus propias élites -debido a décadas de abandono por parte de esas mismas élites, durante las cuales el antiguo enemigo, el Islam siempre agresivo, diabólico, y sediento de sangre, se introdujo en las mismas arterias de las antiguas tierras de la Cristiandad- ha explotado en las calles de París.
Francia se encuentra en estado de emergencia. Se han cerrado sus fronteras. El recuento de muertos aún no ha terminado.
Recen por Francia. A finales de este siglo será, o católica o musulmana; no hay una tercera opción, pero, cualquiera que sea el resultado final, el proceso será doloroso y terrible. ¡Que Dios ayude a la primogénita!