Cordial contrarréplica a Su Eminencia el cardenal Zen
Agradezco la réplica del cardenal Zen (https://www.marcotosatti.com/2020/08/08/il-card-joseph-zen-risponde-al-prof-roberto-de-mattei/) a mi artículo del pasado 5 de agosto en Corrispondenza Romana (https://adelantelafe.com/un-cardenal-eminente-pero-no-muy-prudente/https://www.corrispondenzaromana.it/un-cardinale-eminente-ma-non-molto-prudente/) porque demuestra que Vuestra Eminencia conserva un espíritu vivaz y combativo, pero me permito seguir disintiendo en cuanto a los méritos del Concilio Vaticano II.
Más allá de toda hermenéutica, hay una evidencia histórica: el trágico silencio del Concilio sobre el comunismo. De ese silencio, más que de los textos del Concilio, surgió la Ostpolitik.
«Cada vez que se ha reunido un concilio ecuménico –afirmó el cardenal Antonio Bacci en el aula conciliar– ha resuelto sin excepción los graves problemas que producían inquietud en su época y condenado los errores del momento. Creo que callar a este respecto dejaría un vacío inexcusable, es más, sería un pecado colectivo (…) Ésta es la gran herejía teórica y práctica de nuestro tiempo; si el Concilio no se ocupa de ella, ¡quedará como un concilio fallido!» Hay más espíritu profético en estas palabras que en el discurso de apertura del Concilio pronunciado por Juan XXIII.
La Iglesia desarmó a sus tropas, y el comunismo de los años del Concilio y el postconcilio ha sabido beneficiarse del desarme de su adversaria. Ahora el pueblo chino está pagando las dramáticas consecuencias.
Dios conceda a Vuestra Eminencia larga vida y las fuerzas para seguir combatiendo la Ostpolitik hacia la China, pero estoy convencido de que para que esta batalla tenga éxito no puede ni debe menos que referirse al Concilio Vaticano II.
(Traducido por Bruno de la Inmaculada)