En la entrevista que publicamos hoy, Mons. Schneider habla de «la increíble miseria en la que se encuentra hoy Nuestro Señor durante la distribución de la santa comunión».
Es justamente lo que he pensado tras ver este vídeo de la distribución DEL CUERPO DE CRISTO en la Misa en Manila del Santo Padre. Anonadado, perplejo, al ver el grado de miseria e irreverencia. Tratado como cualquier cosa, pasado de mano en mano, como si fuera un vulgar sandwich o refresco, ni pensar las partículas y pisoteos a Nuestro Señor.
De qué me sirve que haya tantos millones allí afuera si ese es el respeto que se tiene por Jesús Eucarístico. Nunca mejor ha servido eso de cantidad no es calidad.