Rogaciano vivió en el siglo III en Roma y fue mártir de la fe cristiana.
Instado a adorar ídolos, respondió con valentía a sus verdugos que nunca adoraría nada que estuviera por debajo de él. Respuesta impresionante de un hombre realmente creyente y fiel.
Su martirio está unido al de su hermano Donaciano, también santo. Ambos habían sido apresados por la autoridad romana a fines del siglo III. Donaciano era su hermano menor y sin embargo había recibido la instrucción cristiana antes que su Rogaciano. Por ello ya era bautizado mientras que su hermano mayor esperaba su momento. Y ese momento
llegó al negarse a obedecer a los que le animaban a salvar su vida adorando ídolos.
A falta de sacerdote en el calabozo, Donaciano lo bautizó y así Rogaciano recibió a la vez el bautizo de agua (sacramental) y el bautizo de sangre (martirial).
San Rogaciano, valeroso mártir, intercede por nosotros
EVANGELIO DE HOY 26 DE OCTUBRE DE 2013
Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’».