El 2 de Enero la Iglesia recuerda a dos Obispos Doctores de la Iglesia: Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, ambos del siglo IV y grandes amigos.
Basilio se inició primero en la vida eremítica pero a los 40 años de edad fue consagrado Obispo de su ciudad natal, Cesarea de Capadocia. Se destacó, entre otras muchas cosas, por sus escritos sobre la vida monástica que aún hoy rigen muchos monasterios de oriente. Combatió al arrianismo y tuvo especial sensibilidad por los pobres.
Murió el año 379.
Gregorio por su parte siguió a Basilio en la vida eremítica, para ser también ordenado sacerdote y luego Obispo de Constantinopla. Las divisiones internas en su diócesis causaron su traslado a Nacianzo hasta su muerte en 390. Su elocuencia era tan elevada como su teología sobre la divinidad del Espíritu Santo y la Maternidad Divina de la Virgen María.
Basilio y Gregorio fueron pilares fundamentales en la estructuración doctrinal de la Iglesia en el siglo IV.
Santos Basilio y Gregorio, Doctores al servicio de la Verdad, interceded por nosotros