Bergoglio y el Islam

El 27 de julio, en el avión que lo llevaba a Cracovia para la Jornada Mundial de la Juventud, el papa Bergoglio habló sobre el sacerdote de 86 años, degollado el día anterior en Francia durante la S. Misa por dos jóvenes terroristas islámicos. Habló de ello no tanto para deplorar lo sucedido como para puntualizar que “todas las religiones quieren la paz”. “Todas”, también el Islam, del cual él hace una religión, con las demás falsas creencias religiosas, equiparadas a la única verdadera Religión divinamente revelada.

Interrogado una vez más por los periodistas en el avión de vuelta desde Cracovia, el papa Bergoglio dijo claramente que no le gusta “hablar de violencia islámica, porque hojeando los periódicos -explicó- no veo todos los días sino violencias, también en Italia: uno mata a su novia, otro mata a su suegra y un tercero… ¡y son católicos bautizados! Son católicos violentos. Si hablo de violencia islámica, debo hablar [también] de violencia católica (…). Una cosa es verdad: creo que hay siempre en todas las religiones un pequeño grupo de fundamentalistas. Nosotros [católicos] los tenemos” (Le Figaro, 1 de agosto de 2016). El periodista de una web francesa ha advertido justamente en Francisco I “una profunda confusión intelectual” porque los actos de violencia de los católicos no son legitimados por la Religión católica ni por ningún texto sagrado, por lo cual se trata de violencias privadas, cuya gravedad es firmemente reprobada por la Religión católica; el terrorismo islámico, por el contrario, obedece a las suras del Corán, que incitan a la violencia contra los “infieles”.

Para el papa Bergoglio, los católicos masacrados por los islámicos en Siria y en Medio Oriente por ser cristianos equivalen a la novia y a la suegra asesinadas en Occidente, antes bien en Italia, por motivos privados. Se explica así su silencio sobre las matanzas de católicos, cuyas víctimas no han encontrado ningún apoyo en el Jefe de la Iglesia católica, que no les ha abierto las puertas del Vaticano, pero sí a 12 musulmanes.

* * *

Y aun así, también en Italia los católicos tiene de qué lamentarse de los musulmanes, como atestan las dos noticias que siguen

1) EL ENRIQUECIMIENTO CULTURAL

Posted: 09 Ago 2016 02:53 AM PDT firmado por don Salvador Lazzaro

[El Crucifijo recientemente ultrajado y profanado en Venecia por algunos “recursos” que hemos importado a Italia]

He esperado algunos días antes de escribir el siguiente post.

[…]

No se ha tratado de falta de respeto por la víctima. Quería ser un modo de reflexionar sobre la hipocresía imperante, capaz de hacer morir dos veces a los fieles servidores del Estado porque incomodan al políticamente correcto.

Si en Ventimiglia hubiese muerto un clandestino irregular, […] ya se habrían convocado vigilias, manifestaciones de protesta contra la policía “razista y fascista”, se habría armado la gorda por parte de antagonistas y fanáticos ideológicos del buenismo radical chic. Por no hablar de tuits sentimentales, compartidos como advertencia para que el mal no suceda más. Habría salido ya la petición, animada por los medios del régimen, para dar el nombre de esta nueva víctima de las fuerzas del orden a un aula. […]. No habrían faltado visitas urgentes de parte de los más altos cargos del Estado, promesas de pasaporte y mantenimiento para toda la vida para toda la familia.

El silencio vergonzoso es la demostración más evidente de la caída de los valores de la sociedad en la que vivimos. Nada de indignación, ni siquiera apoyo circunstancial. La cercanía a la familia del policía ha comenzado en los social network por parte del pueblo que ahora ya no es “soberano”, como establece la Constitución.

Ha muerto sólo un italiano, antes bien, menos aún: un representante de las Fuerzas del Orden. Y, por tanto, lo que hay es silencio. No se debe hablar de ello.

La censura no se detiene. “En Venecia, en las pasadas horas -comenta Giuliano Guzzo- cuatro mujeres con velo, han escupido en una iglesia a un Crucifijo después de que dos jóvenes orientales, recibieron ayer la Comunión para después escupir contra la forma y escapar”.

Ahora bien, no digo una cruzada, un proceso o una prueba de valor (sabéis como es: necesitamos tenerlas), pero un sobresalto ante noticias así era lícito esperárselo. Por el contrario, ni siquiera la mentira del malestar psíquico esta vez: directamente el silencio. He aquí, este post es para decir que, por el contrario, esto me horroriza. Y quien ofende lo Sagrado me ofende a mí, a mi tierra y a mis antepasados.

Y [lo ofende] incluso a quien no lo defiende.

* * *

2) Otra profanación, otro gesto blasfemo hacia el símbolo principal de la Iglesia católica cometido por quien, curiosamente, considera infiel y condena a muerte a quien se permite dibujar una viñeta que representa de modo divertida a su “mesías”.

La noticia desconcertante aparece hoy en el quiosco.

El hecho sucedió en San Zulian, ante los ojos del vigilante, y es narrado por el párroco, don Massimiliano D’Antiga.

Las protagonistas son cuatro mujeres islámicas, con velo. Una vez entradas en la iglesia, escupieron al símbolo cristiano [el Crucifijo] alejándose y confundiéndose entre los turistas en Merceria. Don Massimiliano informó a los superiores en la Curia y pidió a la asociación nacional de Carabinieri que vigilaran el templo.

Después de los sucesos de St. Étienne las cosas parecen demostrar que ha comenzado la operación de depuración étnica y religiosa que hasta ayer se limitaba a la silenciosa conquista del territorio, comentó algún observador.

Seguramente los gestos blasfemos en nuestras iglesias se multiplican.

Hace un mes el brazo roto al Cristo del siglo XVIII de la Iglesia de San Geremia por obra de un magrebí de nacionalidad francesa (expulsado ahora de Italia). Hace pocos días los esputos a otro Crucifijo, esta vez en la iglesia de San Zulian, a pocos pasos de la plaza de San Marcos.

Ultrajes y profanaciones en las iglesias venecianas parece que son mucho más frecuentes de lo que se imagina. Otros episodios aunque menos graves, atestiguan la situación que se vive en las iglesias del centro histórico veneciano, llenas de fieles, pero también de turistas, escribe el Gazzetino.

Lo último, también en la iglesia de San Zulian, tuvo lugar precisamente ayer por la mañana: dos jóvenes orientales, tras haber asistido a la función religiosa presidida por el párroco, se pusieron en fila con los fieles y se acercaron al altar para recibir la comunión. Después escupieron la forma dejando a toda prisa el templo.

[A continuación el comentario de don D’Antiga, que parece de haber asimilado bien la lección de Bergoglio]: “No creo en el desprecio, en el gesto sacrílego: soy más propenso a pensar que esta gente, atea o de otras religiones, no conoce el rito cristiano. Quizá se ponen en la fila para la comunión imitando a los demás, creyendo quizá en la entrega de un pequeño presente. Un diácono, que presta su servicio en la basílica de San Marcos, me contó que allí también sucede a menudo. En realidad no saben lo que hacen y a lo que asisten”.

Pero también están los que entran a rezar a Allah. El mismo don D’Antiga cuenta que hace dos semanas entraron a la iglesia dos musulmanes, extendieron su alfombra y se pusieron a rezar tranquilamente. Ante la queja del sacristán respondieron: “Podemos hacerlo, el Papa nos ha dado permiso” informa el periódico.

Hirpinus

[Traducido por Marianus el Eremita]

SÍ SÍ NO NO
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