No hay nada que tenga más sentido: Mario Palmaro, el gran escritor católico Tradicionalista, que murió muy joven en 2014, fue un ejemplo para todos. ¿Pero por qué hay una página entera en homenaje a Mario Palmaro, una aparente publicidad, en la página 4 de la edición de hoy (8 de octubre) de L’Osservatore Romano, justo en medio del Sínodo? ¿Es el aniversario del cumpleaños o de la muerte del difunto escritor? No, no se trata de eso: Palmaro nació el 5 de junio de 1968 y murió el 9 de marzo de 2014. ¿Acaso se está publicitando nuevamente alguno de sus libros? No precisamente. Incluso la biografía que sobresale en el supuesto anuncio fue publicada hace meses, en marzo 2015.
Tal como explica el periodista italiano, Sandro Magister (en Italiano), se trata del segundo aniversario del artículo “No nos gusta este Papa” (Questo papa non ci piace), que Palmaro y su amigo Alessandro Gnocchi publicaron en Il Foglio en 2013, como parte de una serie de artículos que criticaban severamente al pontífice electo ese año, por la manera en que usaba los medios de comunicación y la popularidad para imponer cambios en la Iglesia de una manera casi insidiosa (en su opinión).
¿Puede un papa ser “querido” o no? En su última entrevista, Palmaro explicó:
El hecho de que un papa sea “querido” por el pueblo es completamente irrelevante para la lógica de los dos mil años de Iglesia: el papa es el Vicario de Cristo en la tierra y tiene que agradar a Nuestro Señor. Esto significa que el ejercicio de su poder no es absoluto, sino que está subordinado a la enseñanza de Cristo que se encuentra en la Iglesia Católica y en sus tradiciones, y es alimentada por la vida de la Gracia a través de los Sacramentos.
Ahora, esto significa que el mismo papa puede ser juzgado y criticado por el católico [común], con la condición de hacerlo bajo la perspectiva del amor por la Verdad y utilizando la Tradición y el Magisterio como criterios de referencia. Un papa que contradice a un predecesor en asuntos de fe y de moral debe ser criticado sin lugar a dudas.
Debemos desconfiar tanto de la lógica mundana donde se juzga al papa con criterios democráticos que satisfacen a la mayoría, como de la tentación de caer en la “papolatría” por la cual “un papa siempre tiene la razón.” Es más, desde hace ya algunas décadas nos acostumbramos a criticar destructivamente a muchos papas del pasado, exhibiendo poca seriedad historiográfica; por tanto, no vemos por qué a los papas reinantes o a los más recientes hay que ahorrarles cualquier tipo de crítica. Si Bonifacio VII o Pío V son juzgados, ¿por qué no juzgar también a Pablo VI o a Francisco?
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¿Cuál es, entonces, la respuesta al enigma de tamaña imagen en el propio periódico del Papa, alabando a Mario Palmaro, el difunto pero importante crítico del Papa, justo en el medio de las más agitadas semanas de pontificado y mientras avanza este insólito Sínodo? Ciertamente es un mensaje al Papa y a muchos de su entorno: Mario Palmaro, como relata la imagen, es un «GRAN ejemplo», «para TODOS». Hay que amar el sentido italiano de misterio, ironía mordaz, y fuerte advertencia: como dijo Nuestro Señor, “El que tenga oídos para oír, que oiga”.
[Traducción de Marilina Manteiga. Artículo Original]