
Por desgracia corren tiempos en los que la charlatanería está extendida como una plaga bíblica. Hoy cualquiera opina de todo, desde el más sabio al más indocto. Y las opiniones que se leen y escuchan, pronunciadas como digo incluso por las personas más incultas (aunque se tengan por enteradas y leídas), hacen palidecer las viejas herejías gnósticas. ¿No me salen ahora con que Jesús era el novio de las bodas de Caná de Galilea?
Según pretende algún mentecato en cierta radio murciana, la Iglesia «ha manipulado» a lo largo de la historia el pasaje de las bodas de Caná[1]. En realidad con esto quiere decir que la Iglesia lo ha interpretado mal interesadamente, porque a su buen entender, lo que ese pasaje del Evangelio de Juan dice literalmente es que Jesús es quien realmente está contrayendo matrimonio. ¿Qué interés podrían tener los Apóstoles en ocultarlo, si así fue? En fin, el lector avispado intuye enseguida que la afortunada esposa no puede ser otra que María Magdalena. Pero en este pasaje no hay nada de eso. Luego la Iglesia no ha dicho nunca que Jesús estuvo casado, sencillamente porque es mentira que lo estuviera.
¿Pero qué dice el texto? ¿Cuál es el relato del que partimos para decir una cosa u otra? Los primeros once versículos del segundo capítulo del Evangelio según San Juan, que rezan como sigue:
Tres días después hubo una boda en Caná de Galilea, en la que estaba la madre de Jesús. Invitaron también a la boda a Jesús y sus discípulos. Se terminó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le contestó: «¿A ti y a mí qué, mujer? Mi hora todavía no ha llegado». Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí seis tinajas de piedra de unos cien litros cada una para los ritos de purificación de los judíos. Jesús les dijo: «Llenad de agua las tinajas». Y las llenaron hasta arriba. Añadió: «Sacad ahora y llevádselo al maestresala». Y se lo llevaron. Tan pronto como el maestresala probó el agua convertida en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al novio y le dijo: «Todos sirven primero el vino mejor; y cuando se ha bebido en abundancia, el peor. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora». Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Primero, ¿qué grado de torpeza o mala fe hace falta para concluir que Jesús es el novio de estas bodas cuando se dice explícitamente en el comienzo de dicho pasaje que fue invitado a ella? Segundo. ¿Cómo es posible que el supuesto novio de la boda, cuando su madre le advierte de que falta vino, se desentienda? Y tercero. Lo que resulta el colmo de esta interpretación heterodoxa y ridícula es afirmar que el maestresala, después de probar el agua convertida en vino, se dirige a Jesús para transmitirle su sorpresa por haber guardado el mejor vino para el final. Lo cierto es que tengo ante mí mientras escribo estas líneas varias ediciones de la Sagrada Escritura. El texto anterior es de la Santa Biblia de la editorial San Pablo, traducida de los textos originales en equipo bajo la dirección del doctor Evaristo Martín Nieto. Pero también tengo ante mí la Vulgata, la Sagrada Biblia de Juan Straubinger, la nueva edición de la Conferencia Episcopal Española y la llamada Biblia de Navarra (en este caso el volumen correspondiente al Nuevo Testamento) publicada por la Editorial Eunsa. Pues bien, en ninguna de estas versiones se dice que el maestresala hable a Jesús. Eso no es lo que se relata. Lo que se dice exactamente es que el maestresala llamó al novio, sin especificar quién es éste.
Al margen de esto, conmueve el crédito que le dan los enemigos de la Iglesia a los evangelios apócrifos, como por ejemplo el de Felipe. Pues todo aquello que conviene usar para formar un juicio interesado, se aprovecha sin el más mínimo escrúpulo. Y lo que discute la visión heterodoxa es porque ha sido manipulado. En suma, para no pocos obcecados enemigos de la Iglesia, Jesús estuvo casado con María Magdalena y tuvo al menos un hijo. Esto es tan antiguo como el cristianismo. Jesús, por tanto, no practicó el celibato. Y la Iglesia se habría inventado su condición virginal, quién sabe por qué motivos, tal vez para mitificarlo. Sea como fuere, y como la ignorancia es sumamente atrevida, el pretendido especialista del programa de radio al que aludía al principio, solicitaba que la Iglesia demostrase dónde defiende Jesús el celibato. Si me permite, yo se lo muestro:
Se le acercaron unos fariseos (a Jesús) y le preguntaron para ponerlo a prueba: «¿Le está permitido al hombre separarse de su mujer por cualquier motivo?» Él respondió: «¿No habéis leído que el creador desde el principio los hizo macho y hembra, y que dijo: Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne? De tal manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre». Le replicaron: «Entonces, ¿por qué Moisés ordenó darle el acta de divorcio cuando se separa de ella?» Les dijo: «Moisés os permitió separaros de vuestras mujeres por la dureza de vuestro corazón, pero al principio no era así. Por tanto, os digo que el que se separe de su mujer, excepto en el caso de concubinato, y se case con otra, comete adulterio». Los discípulos le dijeron: «Si tal es la condición del hombre respecto a su mujer, no conviene casarse». Pero él les dijo: «No todos comprenden esta doctrina, sino aquellos a quienes les es concedido. Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, los hay que fueron hechos eunucos por los hombres y los hay que a sí mismos se hicieron tales por el reino de Dios. ¡El que sea capaz de hacer esto que lo haga!» (Mateo 19, 3-12).
Dicho esto, pocas aclaraciones son necesarias. Jesús aquí habla más claro que el agua. En primer lugar, Jesús era consciente de que no todo el mundo entendería el valor de la virginidad o el celibato. Y en segundo lugar, Jesús declara finalmente que esa opción es conforme al reino de Dios. ¿Se casaría entonces Jesús demostrando de esta manera que él no era capaz de mantenerse totalmente puro y de servir como modelo o ideal para los suyos? Ciertamente en la época de Jesús los judíos de su edad ya estaban casados, pero Jesús no era un hombre común.
Lo que les sucede en definitiva a los cerriqueros que manifiestan cosas tales como que Jesús estaba casado y que María Magdalena era su esposa, es que no conciben la excelsitud del personaje, y mucho menos su divinidad. Por eso puede salir en la prensa una noticia sobre un desconocido papiro que supuestamente sugiere que Jesús tenía esposa[2], y años después conocerse el embuste[3]. O podemos toparnos con cualquier mequetrefe en una radio ofuscando al personal.
Luis Segura
[1] https://www.ivoox.com/bodas-cana-enlace-sagrado-audios-mp3_rf_4153478_1.html
[2] http://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/09/120919_jesus_esposa_fragmento_ar
[3] http://www.abc.es/sociedad/abci-evangelio-esposa-jesus-falsificacion-moderna-201607051430_noticia.html