De la brevedad de la vida y el pensamiento de la muerte

Meditación para el lunes de la decimoquinta semana

PUNTO PRIMERO. Mira cuán breve es la vida, y cuán incierto el tiempo de ella en este mozo difunto, pues cuando empezaba a vivir llego a su fin, y la vida que recibió de Cristo le duró tan poco, que a muchos centenares de años que está hecho polvos en una sepultura. Del vientre al útero mulo, como dijo Job 1, del seno de su madre al de la madre común, que es la tierra; la vida es un viento que pasa en el aire breve y momentánea, y la futura eterna, que dura para siempre. Considera la ceguedad de los que atesoran en esta breve vida olvidados de la eterna, y para alcanzar en esta honras y riquezas se consumen con afanes y continuos cuidados, y no dan un paso para enriquecer en aquellas con virtudes y obras de piedad y penitencia: llora la ceguedad y escarmienta en su cabeza, y no te dejes engañar de la locura de este mundo, sino atesora para otro riquezas eternas.

PUNTO II. Considera lo que dice el evangelio, que llevaban a enterrar; porque como dice san Pedro Crisólogo sobre este evangelio, a todos nos lleva continuamente y sin parar el tiempo a la sepultura: leyendo estás esta escritura y estás caminando en ella: nuestras vidas son los ríos que nunca paran y siempre corren a la hoya profunda de la mar, que es su sepultura: allí te vas acercando cada día de los que vas viviendo; hoy estas más cerca cada día de los que vas viviendo; hoy estás más cerca que ayer, y mañana estarás más cerca que hoy: el tiempo que pasó nunca volverá, como ni el agua del rio tornará a correr. Saca de aquí un grande fervor para aprovechar el tiempo y ganar la eterna gloria y no perder las ocasiones que Dios te da de obrar y merecer, ni dilatar tu aprovechamiento a lo porvenir; porque, perdida esta ocasión, podría ser que no tuvieses otra en que pudieses merecer; y juntamente saca firmes propósitos de hacer penitencia el poco tiempo que te durare la vida, y de ejercitarte en mucha paciencia, pues con tan breves trabajos puedes ganar premios eternos; y últimamente saca desengaños de lo poco que todo dura, para despreciar lo temporal y codiciar lo eterno.

PUNTO III. Considera lo que dice san Pablo, que la muerte es estipendio y como gajes del pecado 2; y lo que dice a los de Corintio 3, que el pecado es el acicate del muerte, y espuela que la hace caminar a largos pasos y venir más presto a los pecadores, que había de llegar si no se entregarán a sus vicios y fueran del bando de la virtud. ¡Oh cuántos mueren en medio de sus días y en la flor de su edad, como este, por haberse dado a vicios, los cuales vivieran largos años, si se dieran a la virtud! Vuelve los ojos a los que has conocido en discurso de tu vida, y llora su desgracia, como lloraba esta madre la muerte de su hijo, y saca de aquí escarmiento para no abreviar tu vida con los vicios, sino antes huir de ellos, así por la muerte temporal, como mucho más por la eterna, que si es amargo el trago de la muerte del cuerpo, mucho más es del alma: cuida de esta en primer lugar y Dios te dará esta y esotro.

PUNTO IV. Considera cómo se movió Cristo a piedad de la madre que lloraba a su hijo difunto, y con la benignidad y misericordia que la dijo que no llorase, consolándola en su amargura y desterrando su tristeza con palabras de vida, dándola a su hijo difunto. ¡Oh dulcísimo Jesús! Bendito seáis por la piedad que usáis con todos los afligidos: pues a todos consoláis, no me dejéis a mí sin alivio: hablad una palabra a mi alma, y luego cobrará vida. Saca de aquí compadecerte de los afligidos, y consolar a los tristes, y tener piedad de todos a ejemplo de Cristo, y aprende en quién está el verdadero consuelo, no en las criaturas sino en el Criador, y llama a sus puertas siempre que te hallares desconsolado, y hallarás alivio, consuelo y alegría verdadera para tu espíritu.

Padre Alonso de Andrade S.J

1 Job 30

2 Romanos 6

3 1 Corintos 5

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Meditaciones diarias de los misterios de nuestra Santa Fe y de la vida de Cristo Nuestro Señor y de los Santos.

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