Los que buscan la perfección están muy expuestos a los combates de los demonios

Ante todo nótese que las almas que caminan a la perfección están muy expuestas a los combates de los demonios.

Los fines porque Dios permite las tentaciones son los siguientes: l) Para probar nuestra fidelidad y amor; 2) Para fundarnos en virtud y principalmente en la humildad; porque quien no es tentado no se conoce; 3) Para enriquecernos de muchos méritos en esta y en la otra vida.

Mas no deben ser las tentaciones objeto de nuestros deseos, pues nos excitan al mal; pero debemos aceptarlas cuando vengan con paz y resignación, pasando por ellas con profunda humildad y gran valor.

Medios para vencer las tentaciones.

El primero y principal para vencerlas, es la diligencia y prontitud en sacudirlas de sí, pues mucho peligra quien se detiene en ellas. El segundo medio es la oración, recurriendo a Dios con todo fervor y usar de la señal de la cruz.

Para conseguir una especial asistencia de Dios en las tentaciones, no hay medio más seguro que el recurso a María Santísima; recurso lleno de confianza en Dios y la propia desconfianza.

Para excitar la confianza persuádanse estas verdades: que el demonio no puede sino lo que se le permite; que este permiso no ha de ser sobre nuestras fuerzas; que Dios está presente en nuestras batallas para auxiliarnos, no sólo suficiente sino sobradamente para vencer.

   Más para que el recurso pronto y confiado en Dios tenga toda la fuerza para vencer las tentaciones, es necesario que vaya acompañado de la manifestación de nuestro interior al Padre espiritual.

Es muy necesario a todos, aunque sean santos para debilitar la fuerza del demonio y no caer.

   Mas sobre todo guárdese el que es tentado de ponerse en las ocasiones.

ADVERTENCIAS SOBRE LO ANTES DICHO.

Seguir leyendo >>

Quizás también le interese:

Podemos y debemos esforzarnos por ser perfectos

LAS TRES ESPECIES DE TEMOR – Por el P. REGINALDO …

De la lucha contra los enemigos espirituales (Parte II). …

Estudio teológico sobre las “Revelaciones Privadas” …

LO DIABÓLICO – FR. ANTONIO ROYO MARÍN. O.P

Las cruces vienen de Dios.

Los sufrimientos, las cruces y las pruebas no deben atribuirse al demonio, ni a la carne, ni a un enemigo cualquiera, sino a Dios; pues, desde toda la eternidad, Dios las ha previsto, preparando a cada cual las suyas: a uno le prepara unas, a otro otras, a fin de que por medio de ellas todos nos asimilemos a Jesucristo, que sufrió, murió y resucitó.

A Dios atribuye el Real Profeta todas las cruces: Nos habéis probado, experimentado, Señor; nos habéis acrisolado al fuego, como se acrisola la plata. (I.XV. 10). Hemos pasado por el fuego y por el agua; más nos habéis conducido a un lugar de refrigerio. (L.XV. 12). Nos habéis ceñido con una faja de dolor. (LXV.11) ¿Hasta cuándo nos has de alimentar con pan de lágrimas, y hasta cuándo nos darás a beber lágrimas con abundancia? (LXXIX. 6).

   Dios me ha dado bienes, dice Job, y él me los ha quitado; ha sucedido lo que el Señor ha dispuesto: bendito sea el nombré del Señor. (I. 21). No dice Job: Dios me ha dado bienes, y el demonio me los ha quitado; sino: Dios me ha dado, Dios me ha quitado…

   Manifestaré a Pablo, dijo el Señor, cuánto ha de sufrir por mi nombre. (Act. IX. 16). El que obraba contra el nombre de Jesucristo, dice San Agustín, debía sufrir por este sagrado nombre: ¡Oh severidad llena de misericordia! (De laudib. Paul).

   Las cruces que Dios envía en el tiempo, vienen siempre de su misericordia: si Dios no entregase la humanidad a los sufrimientos en la tierra, comenzaría su justicia eterna y terrible…

Que padezcan los malos, dirá alguno, es justo; ¿pero los buenos?

   Los buenos nacen culpables; con las cruces se purifican más y más y aumentan el número de sus coronas; sin las cruces se volverían malos, y no hallaríamos ya conformidad entre ellos y Jesucristo; los buenos sufren para obtener la conversión de los malos y para expiar sus pecados.

Por otra parte, suele tenerse mala idea de las cruces. Las cruces son un tesoro. Nada es malo sino el pecado. El trabajador a quien el amo paga su jornal, ¿puede hallar a mal que le hayan hecho trabajar? El soldado ¿puede hallar injusto quo le ejerciten y le envíen a la batalla?

“TESOROS DE CORNELIO Á LÁPIDE”

San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángelhttp://sanmiguelarcangel-cor-ar.blogspot.com.es/
Artículos del Blog San Miguel Arcángel publicados con permiso del autor

Del mismo autor

La conjura de la Alta Venta de los Carbonarios

Henos aquí, en nuestro breve bosquejo histórico del liberalismo católico, en...

Últimos Artículos

Los primeros días del Papa León XIV

A casi una semana de su aceptación, el papa...

Robert Francis Prevost, papa León XIV. Análisis preliminar.

El cardenal Robert Francis Prevost ha sido elegido papa...

Nota editorial de RORATE: Afinidad

Puedes criticarnos todo lo que quieras, pero sentimos un...