El papa emérito Benedicto XVI rompe el silencio sobre Fátima

Hoy, 21 de mayo de 2016, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha difundido en su boletín diario un comunicado de prensa atribuido al papa eméritos Benedicto XVI. La declaración niega categóricamente la afirmación que publicamos aquí, del P. Ingo Dollinger, sobre una conversación privada que sostuvo con el entonces cardenal Ratzinger, amigo personal de él, en la que éste le confió que el Tercer Secreto de Fátima contiene más de lo que publicó el Vaticano en junio del año 2000. Esto es lo que dice el texto completo de la declaración vaticana:

Comunicado: A propósito de algunos artículos concernientes al «Tercer secreto de Fátima»

Algunos artículos publicados recientemente atribuyen al profesor Ingo Dollinger declaraciones según las cuales el cardenal Joseph Ratzinger, después de la publicación, en junio del año 2000, del Tercer secreto de Fátima, le habría confiado que dicha publicación no era completa.

A tal propósito, el Papa emérito Benedicto XVI comunica que «no ha hablado nunca con el profesor Dollinger acerca de Fátima» y afirma claramente que las frases atribuidas al profesor Dollinger sobre ese tema son «pura invención, absolutamente no verdaderas» y reitera decididamente: «La publicación del Tercer secreto de Fátima es completa».

[00855-IT.01] [Texto original: Italiano – Traducción no oficial]

Como director de OnePeterFive, me gustaría replicar a la declaración. No se puede tomar a la ligera una réplica de alguien de la estatura del pontífice emérito Benedicto. Es importante señalar que –que nosotros sepamos– ésta es la primera vez desde que abdicó en 2013 que el papa emérito emite una declaración oficial a través de de la oficina de prensa vaticana. Con tantos problemas como acosan actualmente a la Iglesia, y en medio de la confusión que asalta a los fieles, éste es el único asunto que ha motivado a Benedicto a romper el silencio. Se nota claramente que se trata de una cuestión que reviste una importancia extraordinaria para la Santa Sede.

Recibimos la declaración con respeto filial y amor por el pontífice emérito. Con todo, nos plantea un problema. Contradice directamente afirmaciones de las que hemos dado noticia, y nos acusa de atribuciones e invenciones falsas. Asimismo, contradice nuestra fuente, el P. Dollinger, de un modo que niega toda posibilidad de que haya habido un malentendido. Al contrario, lanza la acusación de que lo que él relató es pura invención.

En sí, es un comunicado extrañamente somero, y se lo presenta de tal manera que suscita interrogantes en cuanto a su origen y a que esté completo. No se trata de una declaración completa y sin resumir formulada por el propio Benedicto; tampoco lleva su firma. En su lugar, se nos destacan unas frases atribuidas a Benedicto, sin el contexto total en que aparecieron originalmente. Tampoco se nos permite saber quién le hizo la supuesta entrevista o cómo se le formularon las preguntas.

Dicho de otro modo: se nos pide que creamos que la declaración expresa realmente y en su totalidad, y ratifica, lo que piensa el papa emérito del asunto.

Cabe destacar que cuando publicamos las palabras del P. Dollinger tal como las transmitió la Dra. Hickson, hubo quienes nos acusaron de divulgar rumores no verificables. Ahora nos presentan unas declaraciones parciales atribuidas a Benedicto por un miembro anónimo de la oficina de prensa de la Santa Sede, declaraciones que nos acusan y acusan al P. Dollinger, viejo amigo de Benedicto, de engaño premeditado. ¿Y nos piden que creamos que el asunto está zanjado?

Espero que disculpen mi escepticismo.

Tengo un par de dudas en cuanto a la manera en que, con gran minuciosidad, se expresa el comunicado. A mi modo de ver, merecen ser tenidas en cuenta.

Para empezar, me gustaría señalar la parte que afirma: «Las frases atribuidas al profesor Dollinger sobre ese tema son “pura invención, absolutamente no verdaderas”.»

La Drs. Maike Hickson, que telefoneó personalmente al P. Dollinger, atestigua la veracidad de lo que relató sobre la mencionada conversación. El comunicado del Vaticano la acusa de atribuir al P. Dollinger afirmaciones inventadas, lo cual es totalmente falso. No imaginó la conversación que tuvo con el P. Dollinger. Dio noticia de ella, y me atengo a su testimonio con plena confianza en su integridad, tanto en su labor periodística como en cuanto fiel hija de la Iglesia.

No sólo eso: esta mañana la Dra. Hickson llamó al padre Dollinger para notificarle del comunicado de la Santa Sede, y una vez más el padre le confirmó categóricamente lo que le había dicho con anterioridad. Es decir, sostuvo lo dicho.

Debemos reiterar igualmente que la conversación original de la Dra. Hickson con el P. Dollinger no pudo ser una invención, ya que no contenía nada de original. No se intentó dar una noticia reveladora, sino una confirmación directa de una anécdota que ya se había atribuido hacía años al P. Dollinger. Como dijo la Dra. Hickson en el artículo original, «Esta información sensible relativa al Tercer Secreto, que ya llevaba varios años circulando entre algunos grupos católicos, me la acaba de confirmar el propio P. Dollinger.»

La primera relación que se publicó –que tengamos noticia– del testimonio del P. Dollinger apareció en una entrevista con el P. Paul Kramer en el Fatima Crusader en mayo de 2009. Desde entonces ha sido referenciada en diversas publicaciones y foros católicos. Se da el caso anecdótico de uno de los que expusieron sus comentarios en el blog a la noticia del P. Dollinger. Se trata de un brasileño que había oído la misma anécdota de un sacerdote que fue alumno del P. Dollinger en 2003 ó 2004. (El P. Dollinger fue director del Institutum Sapientiae de Brasil, donde enseñaba teología moral.) Lo único que tenía de nuevo lo que publicamos era la confirmación directa del P. Dollinger (en su lengua nativa alemana) a la Dra. Hickson, que había acudido a él para que le aclarase la cuestión.

En segundo lugar, el comunicado declara que Benedicto afirmó: «La publicación del Tercer secreto de Fátima es completa». En un sentido jurídico, se trata de un lenguaje muy prudente. Si el Vaticano ya ha publicado todo lo que tiene intención de publicar sobre el Tercer Secreto de Fátima –aun en el caso de que haya más y no tenga intención de publicarlo–, técnicamente sería correcto decir que la la publicación es completa. En modo alguno disipa la idea de que exista todavía un texto escrito de la hermana Lucía a instancias de Nuestra Señora que sirva para interpretar la importancia simbólica del Tercer Secreto.

Como señalé en el artículo que publicamos como continuación del original, no hay que dar por sentado que los papas que hayan ocultado en potencia información relativa al Tercer Secreto nos hayan mentido; si temen que dicha información pueda causar algún grave daño a la Iglesia, pueden hacer uso de restricción mental lata al ocultar esa parte del texto. Por otra parte, como planteó Marco Tosatti, de haber dudas razonables en el Vaticano en cuanto a qué partes de un texto explicativo adicional, en caso de existir, se puedan atribuir a Nuestra Señora y cuáles a la hermana Lucía, sería concebible que se ocultara ese texto sin que por ello dejara de ser técnicamente correcto declarar que la totalidad del secreto (o sea, aquella de la cual tenían seguridad de que provenía de Nuestra Señor) había sido revelada. Es importante, por tanto, tener en cuenta el sentido jurídico en esta cuestión.

Creo que además de las interrogantes suscitadas por el texto del comunicado, hay otros factores que no encajan en la atribución de la declaración al papa Benedicto. El lenguaje es enérgio, incluso duro, y no parece propio de él. Benedicto es conocido por su bondad y suavidad de maneras, y la fuente de la información que refuta es un amigo de larga data, amistad que no niega.

Pareciera que la declaración también cierra el paso enérgicamente a que haya algún contenido importante no revelado en el Tercer Secreto. Sin embargo, la postura al respecto del propio Benedicto ha evolucionado al parecer en los últimos dieciséis años, por lo que sería difícil catalogarlo como un asunto concluido. El 26 de junio de 2000, cuando el Vaticano publicó el texto del Tercer Secreto de Fátima, lo acompañó de una explicación teológica del entonces cardenal Josef Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en el que decía:

Hemos llegado así a una última pregunta: ¿Qué significa en su conjunto (en sus tres partes) el « secreto » de Fátima? ¿Qué nos dice a nosotros? Ante todo, debemos afirmar con el Cardenal Sodano: « …los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del « secreto » de Fátima, parecen pertenecer ya al pasado ». En la medida en que se refiere a acontecimientos concretos, ya pertenecen al pasado. Quien había esperado en impresionantes revelaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso futuro de la historia debe quedar desilusionado. Fátima no nos ofrece este tipo de satisfacción de nuestra curiosidad, del mismo modo que la fe cristiana por lo demás no quiere y no puede ser un mero alimento para nuestra curiosidad. Lo que queda de válido lo hemos visto de inmediato al inicio de nuestras reflexiones sobre el texto del « secreto »: la exhortación a la oración como camino para la « salvación de las almas » y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión. 

Siendo ya papa, Ratzinger fue a Fátima en mayo de 2010. En aquella ocasión dio una explicación algo diferente durante el vuelo a Portugal el 11 de mayo de ese año:

De este modo, diría también aquí que, además de la gran visión del sufrimiento del Papa, que podemos referir al Papa Juan Pablo II en primera instancia, se indican realidades del futuro de la Iglesia, que se desarrollan y se muestran paulatinamente. Por eso, es verdad que además del momento indicado en la visión, se habla, se ve la necesidad de una pasión de la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa, pero el Papa está por la Iglesia y, por tanto, son sufrimientos de la Iglesia los que se anuncian. El Señor nos ha dicho que la Iglesia tendría que sufrir siempre, de diversos modos, hasta el fin del mundo.

Dos días más tarde, durante una Misa en el santuario de Nuestra Señor de Fátima el 13 de mayo de 2010, Benedicto dijo:

Se equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada.

Christopher Ferrara, destacado especialista y autor de libros sobre el tema de Fátima, expresó lo siguiente a principios de esta semana con relación al libro de Antonio Socci sobre este tema:

Hay que señalar que en realidad los propios papas no nos han dicho que el mensaje se haya revelado en su totalidad. La visión del Secreto no se reveló hasta 2000, después de lo cual Juan Pablo II guardó un elocuente silencio con relación a la controversia sobre si estaba completo o no. Y en 2010, como ha dicho Socci, Benedicto no dijo que se había revelado todo, sino que más bien reabrió el caso del Tercer Secreto aludiendo a contenidos que desde luego no aparecen en la visión. Es más, Benedicto envió a Socci una nota de agradecimiento por la publicación de El cuarto secreto de Fátima (libro que yo mismo traduje al inglés), a pesar de que acusa al aparato Vaticano de ocultar un texto importante.

Por su parte, en una entrada de su blog fechada el 12 de mayo de 2007, Socci afirma:

«[Guardo] la carta que me escribió Benedicto XVI sobre mi libro dándome las gracias por los sentimientos que le sugirió.» Palabras que consuelan ante los insultos y acusaciones.

La motivación para que la Dra. Hickson solicitara su confirmación al P. Dollinger se la dio, en parte, el reciente testimonio de la Dra. Alice von Hildebrand, que hace poco publicó información hasta ahora confidencial sobre la parte inédita del Tercer Secreto, la cual daba a entender una infiltración hasta las más altas esferas de la Iglesia. Según Von Hildebrand, se lo contó a ella y a su difunto esposo en 1965 monseñor Mario Boehm, ex director del diario oficial vaticano L’Osservatore Romano.

¿Habrá que acusar también de invenciones a la Dra. Von Hildebrand? ¿Y qué decir del difunto cardenal Ciappi, teólogo de Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II? Es a Ciappi a quien se le atribuye ampliamente la revelación de lo que acaba de confirmar Alice von Hildebrand: «En el Tercer Secreto se predice, entre otras cosas, la gran apostasía de la Iglesia que se iniciará en su cúpula.»

Hay muchas cosas que no cuadran. Quedan muchas interrogantes sin resolver. Brindamos nuestras más sinceras oraciones al papa emérito Benedicto XVI y le quedamos agradecidos por haber roto el silencio para hablar de esta cuestión pendiente.

Al mismo tiempo, se nos pide que creamos que nuestras fuentes nos engañan. Que nos mienten unas personas determinadas en los últimos años de su vida, cuando no se ve que ganen nada con ello. Personas que se han ganado una sólida reputación como católicos ortodoxos. Y esa reputación es puesta ahora en entredicho por una versión diferente de los hechos.

Es mucho pedir, y rogamos por tanto con todo respeto que se nos dé una respuesta completa, sin alterar y ante testigos, del propio papa emérito. No nos conformamos con las palabras de la Oficina de Prensa del Vaticano.

Steve Skojec

[Traducido por J. E. F. Artículo original.]
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