Con el solo deseo de ser víctima ya basta; pero es necesario aceptar ser siempre pobres y sin fuerzas, y eso es precisamente lo difícil, pues, al «verdadero pobre de espíritu ¿quien lo encontrará?; hay que buscarle muy lejos» dice el salmista….no dijo «hay que buscarlo entre las almas grandes, sino muy lejos», es decir: en la bajeza, en la nada, en la ausencia de soberbia…..