¿Quién tiene razón? ¿Francisco o la Iglesia anterior a Francisco? – «Es un error gravísimo concluir que la enseñanza de la Iglesia es tan solo un ‘ideal’.»

"Nadie puede servir a dos señores; porque odiará al uno y amará al otro; o se adherirá al uno y despreciará al otro." (San Mateo 6: 24)
«Nadie puede servir a dos señores; porque odiará al uno y amará al otro; o se adherirá al uno y despreciará al otro.» (San Mateo 6: 24)

(1) O Juan Pablo II y todos los Papas anteriores tienen razón cuando enfatizan lo “absoluto” de la ley moral de la Iglesia y  clasifican como un “error gravísimo” tomar la norma de la Iglesia tan solo como un «ideal»…

Sería un error gravísimo concluir… que la norma enseñada por la Iglesia es en sí misma un «ideal» que ha de ser luego adaptado, proporcionado, graduado a las —se dice— posibilidades concretas del hombre: según un «equilibrio de los varios bienes en cuestión». Pero, ¿cuáles son las «posibilidades concretas del hombre»? ¿Y de qué hombre se habla? ¿Del hombre dominado por la concupiscencia, o del redimido por Cristo? Porque se trata de esto: de la realidad de la redención de Cristo. ¡Cristo nos ha redimido! Esto significa que él nos ha dado la posibilidad de realizar toda la verdad de nuestro ser; ha liberado nuestra libertad del dominio de la concupiscencia. Y si el hombre redimido sigue pecando, esto no se debe a la imperfección del acto redentor de Cristo, sino a la voluntad del hombre de substraerse a la gracia que brota de ese acto.


En este contexto se abre el justo espacio a la misericordia de Dios por el pecador que se convierte, y a la comprensión por la debilidad humana. Esta comprensión jamás significa comprometer y falsificar la medida del bien y del mal para adaptarla a las circunstancias. Mientras es humano que el hombre, habiendo pecado, reconozca su debilidad y pida misericordia por las propias culpas, en cambio es inaceptable la actitud de quien hace de su propia debilidad el criterio de la verdad sobre el bien, de manera que se puede sentir justificado por sí mismo, incluso sin necesidad de recurrir a Dios y a su misericordia. Semejante actitud corrompe la moralidad de la sociedad entera, porque enseña a dudar de la objetividad de la ley moral en general y a rechazar las prohibiciones morales absolutas sobre determinados actos humanos, y termina por confundir todos los juicios de valor.

Juan Pablo II
Veritatis Splendor
6 de agosto de 1993

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…o (2) Francis tiene razón al calificar como «herética»  la «Doctrina de lo Ideal» así como cualquier afirmación sobre lo absoluto de las prohibiciones morales (‘o esto o nada’).

“Este (es el) sano realismo de la Iglesia católica: la Iglesia católica jamás enseña ‘o esto, o esto’. Eso no es católico. La Iglesia dice: ‘Esto y esto’. ‘Haz lo perfecto: reconcíliate con tu hermano. No insultarlo. Ámalo. Pero si hay algún problema, al menos ponte de acuerdo, para que no estalle la guerra’. Este sano realismo del catolicismo. No es católico (decir) ‘o esto, o nada’: eso no es católico. Eso es herético. Jesús siempre sabe caminar con nosotros, nos da el ideal, nos acompaña hacia el ideal, nos libera de este enjaularse de la rigidez de la ley y nos dice: ‘Pero, hagan hasta el punto que puedan hacer’. Y él nos entiende bien. Este es nuestro Señor, esto es lo que nos enseña a nosotros”.

Francisco
Homilía en Santa Marta
9 de junio de 2016

[Traducido por Marilina Manteiga. Artículo original]

RORATE CÆLI
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