[The Wanderer] En estos días se está discutiendo una ley en el estado de Indiana por la cual individuos o empresas podrían negarse, por motivos religiosos, a contribuir de algún modo a parejas del mismo sexo. Por ejemplo, una panadería se podría negar a hacer una torta para la fiesta de un «matrimonio» gay, o un sacerdote católico se podría negar a casar una parejita del mismo sexo…
Por supuesto, semejante iniciativa discriminatoria hacia los derechos universales del hombre está siendo muy discutida y cuestionada. Y no me extrañaría que, gane quien gane las elecciones, en poco tiempo tengamos la discusión también en Argentina.
Mientras tanto, en Roma, el Romano Pontífice, maestro universal, nos advierte que él no es quién para juzgar este tipo de conductas y prefiere, en cambio, dedicarse a admonestarnos acerca del cuidado que debemos tener con el agua y otros recursos naturales.
En tiempos disolución de la civilización y de la Iglesia, es reconfortante escuchar obispos que aún piensan con principios católicos y que, además, tienen la valentía de decirlo.