San Padre Pío NUNCA celebró la Nueva Misa

Grandes Santos han formado parte del Cuerpo Místico de Jesucristo a lo largo del tiempo y, como señal para el nuestro, Dios envió a Francesco Forgione, nacido en 1887: el primer sacerdote estigmatizado en la Iglesia, quien recibió las cinco llagas de Nuestro Señor sólo después de su ordenación en 1910, cuando comenzó a ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa, y quien desde entonces sería conocido como el Padre Pío. El Santo Padre Pío recibió estas heridas visibles y sangrantes de Cristo el 20 de septiembre de 1918, sin embargo, para el 22 de septiembre del 68 —dos días después de su 50 aniversario— habían desaparecido, era el momento en que completaba su última Misa. Las heridas estaban estrechamente relacionadas con el Santo Sacrificio del Altar.

El Padre Pío fue enviado como una señal visible de la naturaleza sacrificial de la Misa.  En 1968, el Santo Sacrificio de la Misa se encontraba experimentando cambios a raíz del Concilio Vaticano II para transformarlo de la representación incruenta, centrada en Dios, del Sacrificio de Cristo en el Calvario, a una cena memorial centrada en el hombre.  El estigmatizado Padre Pío es una señal de contradicción para este pensamiento modernista y protestante.

Al igual que San Padre Pío, todos los sacerdotes son ordenados de forma especial para ofrecer el Sacrificio a Dios Todopoderoso, en la Persona de Cristo (in Persona Christi). En el Altar de la Cruz, el sacerdote se coloca in Persona Christi a fin de representar el Sacrificio del Calvario a los fieles a través del tiempo y del espacio para todas las generaciones desde el tiempo de Cristo hasta el final de los tiempos. El Padre Pío, que era un sello representativo de Nuestro Señor, un Crucifijo viviente, fue enviado para recordarnos el carácter único del sacerdote, ordenado para ofrecer este Sacrificio, y no para presidir una comida comunitaria, pues no hubo mesas de banquetes preparadas en el Calvario en aquel primer Viernes Santo.

Cualquiera puede “presidir”, solamente un Sacerdote puede ofrecer el Sacrificio y llevar a cabo la Transubstanciación, transformando de este modo el pan y el vino en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo.  La Víctima Divina, Nuestro Señor Jesucristo, es ofrecido entonces a Dios Padre a través del sacerdote como una Ofrenda propicia por nuestros pecados en el Santo Sacrificio de la Misa. San Padre Pío, un sacerdote para siempre, ofreció este Sacrificio; él no “presidía”.

Tras anunciarse a mediados de los años 60 los cambios experimentales que tendrían lugar en la Misa Tradicional Latina (tan amada por el Santo), el Padre Pío no dudó en solicitar el permiso de Roma para continuar ofreciendo la antigua Misa Tridentina. Se dice que el permiso le fue concedido en consideración a su avanzada edad, su frágil salud y su vista mala.

Habían pasado seis meses desde la muerte del Padre Pío para el momento en que la Liturgia Novus Ordo (La Misa Nueva) fue promulgada por Pablo VI el 3 de abril del 69. El completo ‘Sacramentario’ Novus Ordo, con todas sus oraciones revisadas, sería publicado en 1970 —más de un año después de que el cuerpo del Padre Pío fuera sepultado en su tumba, por lo cual puede decirse con toda certeza que el Santo Padre Pío nunca celebró la Misa Nueva y por consiguiente es falso, además de erróneo, para cualquiera, sugerir lo contrario.

Desinformación

No obstante, las palabras escritas por dos sacerdotes Capuchinos, quienes en realidad conocieron y vivieron con el Padre Pío, se han convertido en el origen de falsas teorías que plantean que el Santo celebró La Nueva Misa. Uno de esos sacerdotes, el Padre Pellegrini Funicelli —quien acompañó al Padre Pío cuando éste murió— escribió en su libro de 1991, Padre Pío’s Jack of All Trades:

“En 1966-67 Padre Pío recibió el permiso de la Santa Sede para celebrar la Misa en Latín, y sentado. Sin embargo, la Santa Sede permitió esto bajo dos condiciones: que él celebrara de cara a la gente, y que utilizara el nuevo rito de la Plegaria Eucarística.”

Las declaraciones en este libro, las cuales hace apenas poco están dando vueltas en internet, son engañosas.  La Santa Sede otorgó el permiso al Padre Pío para ofrecer la Misa Tradicional Latina. Dicho permiso no era meramente para dar una simple “misa en latín”, como sería celebrar la Misa Nueva en latín, por ejemplo.  Utilizar el “nuevo rito de la Plegaria Eucarística” no puede significar reemplazar el Canon de la Misa Tradicional Latina. Sería absurdo esperar que el Padre Pío, un anciano débil, frágil, discapacitado visualmente, fuera capaz de leer las palabras y aprender las rúbricas de una nueva “Plegaria Eucarística”.  Además, el permiso desde Roma para él y otros Sacerdotes ancianos era usar el Misal entero, incluyendo el Canon de la Misa –la cual probablemente ellos habrían memorizado después de muchas décadas de recitarlo.  El Padre Pellegrino continúa:

“(…) Sabiendo las condiciones, él (Padre Pío) rogó al Superior que le enseñara la nueva forma de la doxología (alabanza a Dios).  Después de haber visto cómo debía levantar la patena, con la Hostia y el Cáliz, le agradeció al Superior y parecía satisfecho…  Por la noche él me llamó y me dijo: ‘Hazme un favor. Ve por el cáliz y la patena a la pequeña iglesia y déjame ver el nuevo rito una vez más… Debo realizar el rito exactamente como la Iglesia lo desea’”.

Dado lo que se ha dicho, uno debería esperar encontrar fotografías o videos del Padre Pío con el Cáliz en una mano y la Patena en la otra, cantando: “Por Él, con Él, en Él, etc.” Tales fotos y/o videos NO existen. No hay NINGUNO. ¿Cómo puede explicarse esto?

El Padre Ermelindo di Capua, quien respondía su correspondencia en inglés, cita a un antiguo ayudante del Padre Pío, diciendo:

“Él (Padre Pío) solía celebrar la Misa según el nuevo orden.  Para 1968 (cuando Padre Pío murió) el nuevo orden aún no estaba completo, pero había cambiado algunas cosas del latín al idioma Italiano. Intentó celebrar la Misa de acuerdo con la nueva disposición de la Iglesia. Intentó aprender y adaptarse él mismo a las nuevas reglas de la Misa. Aún contenía algo de latín. No estaba completamente cambiado. No recuerdo el Canon exactamente.”

Los comentarios del Padre Ermelindo, en la forma como se citan, no deberían tomarse como que el Padre Pío abandonó la Misa Tradicional Latina en favor del Novus Ordo. Después de que sus observaciones se revelaran en 2013, me contacté con el Padre Ermelindo y le pregunté si tenía fotos o videos de Padre Pío como pruebas definitivas de su participación en el “nuevo orden” de la Misa, a lo que respondió no tener tal evidencia.

Entonces, ¿cómo resolvemos este asunto?  A menudo se dice: “Ver es Creer.” En este caso, “ver” por mí mismo fue muy útil para comprender qué hacer con las palabras dichas por los frailes compañeros del Padre Pío. Revisé cientos de fotografías y docenas de videos captando varias misas del Padre Pío. Lo más importante: estudié muy de cerca videos disponibles de su última misa, oficiada el 22 de septiembre del 68. Si hubo novedades agregadas a las misas del Padre Pío, seguramente estarían expuestas en esa última. Encuentro que las palabras de los hermanos capuchinos de Padre Pío fueron interpretadas erróneamente en favor de una justificación del Nuevo Orden.

Ver es creer

Ver es creer. He aquí lo que uno puede observar con sus propios ojos sobre la última Misa de Santo Padre Pío:

Mientras el Padre Pío era conducido desde la sacristía, pasó entre el Altar Mayor Tradicional a su izquierda y el altar/mesa del Nuevo Orden a su derecha en camino a su asiento (sedilia), desde el cual él dirigiría el Yo Pecador y el Gloria, y decía la Oración Colecta.  Le ayudarían a levantarse de su silla para conducirlo al altar/mesa del Nuevo Orden, donde celebraría su última Misa de cara a la gente.  Padre Pío estaba muy débil como para subir los tres escalones hacia el Altar Mayor. Además, el “experimento  litúrgico” de la Misa de cara a la gente desde un altar/mesa independiente se encontraba en pleno desarrollo en San Giovanni Rotondo, así como lo estaba en otras partes del mundo en ese momento.

Padre Pío estaba acompañado por un diácono y un subdiácono, lo que indicaba la solemnidad de esta Misa, y es que el Superior del Padre Pío le ordenó realizar una Misa Solemne en ese día y el debilitado capuchino obedeció. Cabe notar que la Liturgia del Nuevo Orden no hace distinción entre Misa y Misa Solemne, ni tiene subdiáconos.  Ésta se trataba de un Misa Tradicional Latina.

El Padre vestía una casulla blanca con un manípulo en su brazo izquierdo. En contraste, este atuendo tradicional litúrgico no es usado en una Liturgia del Nuevo Orden.

A lo largo de la evidencia en video, el Padre Pío solamente reza las oraciones de la Misa Tradicional Latina, incluyendo el Canon, mismas que pronunciaba en Latín. Cabe remarcar el curso de todo esto durante el tiempo en que a los sacerdotes les fue ordenado celebrar la misa en lengua vernácula. En mi biblioteca tengo un “libro Sacramentario” de 1966, en el cual se apunta que todas las oraciones deben ser dichas en inglés. El Santo Padre Pío obtuvo, a pesar de ello, el permiso de continuar celebrando la Misa Tradicional Latina de un Misal Romano previo al Vaticano II.

Así, en el Suscipe, Sancte Pater (Recibe, Padre Santo), el Padre Pío realiza la Señal de la Cruz con la Patena sobre el Corporal. En el Sanctus (Santo), se puede escuchar las campanas tres veces en la última Misa de Padre Pío. Estos dos rasgos de la Misa Tradicional Latina fueron eliminados de la Liturgia del Nuevo Orden.

Existen numerosas evidencias en el Canon de la Misa de que el Padre Pío NO está rezando ninguna nueva Plegaria Eucarística, sino que continúa rezando el Canon Romano, como siempre lo había hecho. En el Quam oblationem (la cual oblación…), se puede observar al también fraile realizando múltiples Señales de la Cruz sobre las ofrendas. Justo antes de la Consagración, realiza la Señal de la Cruz sobre la Hostia al decir benedixit (lo bendijo) durante la oración Qui pridie (la cual, la víspera…).  Asimismo, realiza la Señal de la Cruz sobre el Cáliz mientras dice benedixit durante la oración Simili modo (del mismo modo, acabada…).  Tres campanadas sonaron por separado en cada Consagración. Las Señales de la Cruz fueron realizadas por el Padre Pío durante la oración Unde et memores (así pues, al celebrar el memorial…).  Finalmente, no separaría sus dedos pulgares e índices después de la Consagración hasta después de las purificaciones. Estas rúbricas del Canon de la Misa Tradicional Latina NO se encuentran en ninguna parte de la Liturgia del Nuevo Orden.

Con respecto a la afirmación de que el Padre Pío practicó la “nueva forma de doxología…alzando la patena, con la Hostia y el Cáliz”, NO existe evidencia de que esto sucediera en la última Misa del Padre Pío o en cualquiera de sus otras misas. Esta “nueva forma de doxología” en el Nuevo Orden reemplazó la “Elevación Menor” de la Misa Tradicional Latina. Sin embargo, durante la Elevación Menor de la última Misa del Padre capuchino, se le puede mirar tomando la Hostia Consagrada en su mano derecha y realizando Señales de la Cruz sobre el Cáliz y el Altar, tal como se realiza tradicionalmente durante la oración Per Ip + sum, et cum Ip + so, et in Ip + so (por Él, con Él y en Él…). El Padre siguió el Canon Romano de la Misa Tradicional Latina aquí y a lo largo de la Misa, mas no sucumbió ante la innovación de una “nueva forma de doxología”.

Rezó la Per omnia saecula saeculorum (por los siglos de los…) antes del Pater Noster (Padre Nuestro). Además, después de fragmentar la Sagrada Hostia al decir Qui tecum (que vive y reina…), el Padre Pío es visto cantando Per omnia saecula saeculorum. Claramente dice la Pax + Domini sit + Semper + vobiscum (la paz del señor…), mientras realiza la Señal de la Cruz sobre el Cáliz con la Partícula Sagrada. Ambas oraciones Per omnia saecula saeculorum, al igual que las Señales de la Cruz con el Fragmento, todas realizadas en la Misa Tradicional Latina, fueron extirpadas de la Liturgia del Nuevo Orden.

Durante el Agnus Dei (Cordero de Dios…) golpea su pecho. Se le puede ver más adelante realizando la Señal de la Cruz con la Hostia y la Patena antes de consumirla. Estos son sellos distintivos de la Misa Tradicional Latina. El Padre Pío lleva a cabo las purificaciones del Cáliz y de sus dedos con vino y agua después de la Comunión. En la Liturgia del Nuevo Orden sólo se utiliza el agua.

En la autorización que el Padre Pío recibió para seguir celebrando la Misa Tradicional Latina, es generalmente aceptado que se le permitió específicamente usar la Misa de la Inmaculada Concepción, de la Bendita Virgen María, durante el año.  En su Última Misa puede distinguirse la apropiada oración de poscomunión para la Inmaculada Concepción al final de la Misa Tradicional Latina: “Sacramenta quae sumpsimus, Domine Deus Noster, illius in nobis culpae vulnera reparent; a qua immaculatem beate Mariae Conceptionem singulariter praeservasti. Per Dominum…”.

Tras la revisión de esta evidencia respecto a la última Misa del Padre Pío, que fue la Misa Tradicional Latina, hubo al menos dos novedades que sí ocurrieron: la Misa en un altar/mesa de cara al pueblo y el subdiácono leyó la Epístola en italiano desde un púlpito de cara al pueblo. En suma, aunque podrían haber sido editados de los videos que vi, no había evidencia de las Oraciones al Pie del Altar o del Último Evangelio, éstas fueron omisiones típicas durante la época de “experimentación” posterior al Vaticano II.

La Misa estaba cambiando en el mundo entero y ante los propios ojos de Padre Pío. Como sacerdote de una Orden Religiosa, debilitado y casi ciego, sujeto a obediencia a su Superior, y no lo suficientemente fuerte para ofrecer una resistencia efectiva, el Padre Pío fue dirigido por la voluntad de otros, lo mismo que físicamente guiado durante su última Misa. Débil, a semejanza de su visión, pudo darse cuenta que era el momento de dejar este mundo. De hecho, ese mismo día de su última Misa, su tumba era bendecida y él moriría la madrugada siguiente, el 23 de septiembre de 1968.

CONCLUSIÓN

Durante casi toda la vida de San Padre Pío de Pietrelcina en la tierra, él celebró la Misa Tradicional Latina exactamente conforme al Misal Romano del Gran Papa San Pío V, usado por muchos sacerdotes a través de los siglos sin cambio alguno, previo a la época del Concilio Vaticano II.  Cuando el Padre Pío cayó víctima de los “experimentos Litúrgicos”, previos a la introducción de la Nueva Misa, sus estigmas comenzaron eventualmente a desaparecer, justo en el momento en que la naturaleza Sacrificial de la Misa comenzaba a desaparecer también.

Como hombre moribundo con una vista deteriorada, el Padre Pío parecía un cordero llevado al matadero en su última Misa.  El Padre Pío sería la imitación perfecta de Cristo, “In Persona Christi” al extremo, hasta el final. Mientras un debilitado Padre Pío era llevado por un grupo de hombres hacia el altar/mesa para “encarar a la gente,” fue expuesto a la multitud y puesto a la exhibición pública, igual que Nuestro Divino Señor Jesús mientras pendía muriendo en la Cruz del Calvario. Así como el costado del Hijo de Dios era atravesado con una lanza y las últimas gotas de Su Preciosísima Sangre eran drenadas de Su Cuerpo, así también se afirmó que, después de esa última Misa, el cuerpo del Padre Pío estaba prácticamente desprovisto de sangre.

El Santo de Pietrelcina colapsó al término de su última Misa y tuvo que ser llevado a la Sacristía, a su celda, donde pronto pasaría de este mundo con las últimas palabras “Jesu et Maria” (Jesús y María) de sus labios. Mientras la Misa Tradicional Latina desaparecía de este mundo, reemplazada casi en todas partes por la Nueva Misa, el que había llevado la pasión de Cristo en su propio cuerpo, hacía su dolorosa salida del santuario. El sacerdote que representaba “in Persona Christi” durante el Santo Sacrificio de la Misa sería reemplazado por alguno que “presidiría” una “cena comunitaria”.

Sin embargo, Jesús resucitó de entre los muertos y la Misa Tradicional Latina —la Misa que no morirá— está volviendo. Dios no permitiría que el Santo Sacrificio de la misa, instituido por Él y ofrecido a Él, desaparezca de este mundo. El Padre Pío, el Santo de la Misa Tradicional Latina, continúa siendo una inspiración y un intercesor para todos los sacerdotes y seminaristas que son llamados por Dios para dedicar sus vidas a la Misa de todos los tiempos.

Siempre hubo, y aún lo hay, un remanente de los fieles que se quedaron con la Misa Tradicional Latina. Recuerda siempre y nunca dejes que nadie te desanime:

“(…) También al presente subsiste un resto elegido por gracia” (Romanos 11:5). Nosotros somos ese resto. El Santo Padre Pío es nuestro Santo.

Padre Ladis J. Cizik

[Traducido por Vanessa López Iturbe. Artículo original]

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