Donald Trump, Nigel Farage, Katie Hopkins y otros han hecho duras críticas a los gobernantes del Reino Unido a raíz del último atentado en el centro de Londres, en que 7 personas fueron asesinadas y 48 heridas. Theresa May, la primera ministra, ha suspendido la campaña electoral, a pesar de repetir que el terrorismo no alteraría el modo de vida de los británicos. El alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Kahn, se niega a llamar las cosas por su nombre, y atribuye los atentados a cualquier cosa menos a la ideología mahometana que él profesa. Es lo que cabe esperar, sabiendo que juró su cargo de alcalde sobre una copia del Corán, el mismo libro que dice: «Matadles [a los infieles] donde quiera que los encontréis.»
Donald Trump, cuya entrada en el Reino Unido el alcalde de Londres quiso vetar, ha escrito sobre la reacción de Kahn:
Tenemos que dejar la corrección política y aplicarnos a proteger a nuestra gente. Si no empezamos a espabilarnos la cosa sólo empeorará.
También hizo una alusión irónica al sempiterno debate en EEUU sobre la tenencia de armas:
¿Os dais cuenta que ahora no estamos discutiendo sobre las armas? ¡Porque utilizaron un camión y cuchillos!
Nigel Farage se pregunta porqué hemos tenido que esperar hasta ahora para que Theresa May diga que «ya basta», si antes de ser primera ministra fue ministra de interior durante seis años, y no hizo prácticamente nada. Farage recuerda que ahora los servicios de inteligencia reconocen que están vigilando 24 horas al día a más de 20.000 islamistas radicales en el país.
Katie Hopkins dice que la reacción de los políticos es totalmente insuficiente. No se contentará, dice, hasta que no oiga que piensan deportar a los 600 jihadistas que han vuelto al Reino Unido y a todos los predicadores del odio que llenan las mezquitas.
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