[Panorama Católico Internacional] En el curso de nuestra breve labor periodística, en un tiempo en que tantos como TEILHARD de CHARDIN “aplican sus oídos a las fábulas” (Carta IIª a Timoteo del Apóstol Pablo) nos hemos empeñado con la ayuda de Dios, en ponernos al servicio de la VERDAD.
Pero ahora, no lejos ya de los 90 años, queremos compartir con Uds. algunas reflexiones que les resulten espiritualmente provechosas.
Por lo pronto vale tener presente lo que nos dice el ECLESIASTES en el Cap. IVº “Hay un tiempo de nacer y un TIEMPO DE MORIR”.
Como toda REALIDAD, la muerte es también polifacética, o sea que se la puede visualizar desde distintos ángulos.
Así, aunque parezca paradójico, en el mismo ECLESIASTES, Cap. VIIº se asevera que “ES MEJOR EL DIA DE LA MUERTE, que el día del nacimiento”.
¿Y por qué no? Para el estudiante de medicina ¿cuál es su mejor día? ¿Aquél en el que ingresó a la Universidad o aquél en el que recibió su diploma?
Esto que pasa en el orden natural, con mayor razón sucede en el orden sobrenatural, conforme lo ATESTIGUA el Apóstol en su Iª CARTA a los Corintios: “ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó al hombre por su pensamiento, CUALES COSAS tiene Dios preparadas, para AQUELLOS QUE LE AMAN”.
Este hermoso texto lo debió haber leído con frecuencia, Don Juan Sebastián BACH, sin duda uno de los músicos más grande de todos los tiempos, que a la CANTATA 161, tituló “KOMM DU SÜSSES TOD”, “VEN DULCE MUERTE” previendo seguramente que se acercaba su última hora, que debió sin duda, ser “MEJOR QUE EL DIA DE SU NACIMIENTO”.
Mayo de 2015.
Alberto G. del Castillo
Comentario del Editor: Don Alberto ha peleado – y sigue peleando- el buen combate; lo hará hasta el fin. Ha conservado la Fe. El día que reciba su diploma, será con honores.