Cualquier católico que viera la entrevista/encerrona que le hicieron anoche en LaSexta TV a Ignacio Arsuaga, presidente de la asociación Hazteoír, se llevaría una enorme decepción. El impacto mediático que ha tenido el autobús «transfóbico» ha sido un balón de oxígeno para los grupos que luchan contra la ideología de género en España. Sin embargo, a juzgar por sus palabras de anoche, el Sr. Arsuaga no es el líder que necesitan los defensores de la familia. Tras pedir perdón en repetidas ocasiones por todas las personas que se hayan sentido ofendidas por el mensaje del autobús, dijo estar a favor de que los transexuales se operen si así desean y que el estado pague su operación de «cambio de sexo».
¿Entonces en qué queda la campaña de Haztoír? En una reivindicación a la tiranía mundialista de que los padres puedan elegir si quieren que sus hijos sean adoctrinados en la ideología de género o no; es decir, apela al relativismo, que a su vez es la raíz del problema.