El 17 de Octubre de 2006 el Papa Benedicto XVI aprobó un decreto donde pedía, en relación a la traducción fiel a las palabras de Jesucristo en la Última Cena (consagración):
A las Conferencias Episcopales de aquellos países donde la fórmula “por todos” o su equivalente está en vigencia en la actualidad se les solicita que emprendan una catequesis de los fieles sobre esta materia en el próximo año o dos para prepararlos a la introducción de una precisa traducción en lengua vernácula de la fórmula pro multis (por ejemplo, “for many”, “por muchos”, “per molti”, etc.) en la próxima traducción del Misal Romano que los Obispos y la Santa Sede hayan de aprobar para el uso en su país.»
Han pasado ya más de seis años, más de los dos como máximo previstos en el decreto, y hay todavía naciones de tradición cristiana que no han publicado el Misal Romano con esta significativa variación. No se trata de un mero aspecto léxico o semántico, sino de algo más profundo: además de respetar las palabras expresadas por Nuestro Señor Jesucristo, la catequesis sobre la fórmula de consagración adquiere hoy una singular importancia debido a que la mayor herejía hoy extendida en la cristiandad es que «todos nos salvamos hagamos lo que hagamos, creamos lo que creamos o dejemos de creer». Cuando Nuestro Señor afirmó «por muchos» se entiende que en su ánimo y deseo estamos TODOS pero que como la salvación dependerá finalmente de nuestra libre respuesta, si ésta no es de acogida de la Gracia de Dios, entonces para los condenados no habrá servido la Sangre Preciosísima derramada por el Salvador en la Cruz.
Por eso la fórmula PRO MULTIS debidamente traducida, es un soporte catequético que fundamenta la libertad de los hijos de Dios ante la invitación a salvarse.
Hagamos votos para que el pedido del Papa Benedicto XVI (hoy Papa Emérito) no se haga más de esperar en su realización en todas aquellas naciones donde la traducción de los Misales sigue manteniendo el POR TODOS.