Un paso más hacia el abismo de la eutanasia. De ahora en más en Gran Bretaña no será más necesaria la autorización del juez para desconectar el enchufe a pacientes en estado vegetativo permanente que no tengan necesidad de un respirador para sobrevivir. A esos fines será suficiente un acuerdo escrito entre los médicos y los familiares del paciente. Ello significa, en la práctica, que podrá ser interrumpido sin la intervención del juez el suministro de agua y alimentación a enfermos que se encuentren en esas condiciones.
Lo decidió la Suprema Corte británica en una sentencia que representa un último paso en orden a propagar las prácticas eutanásicas.
Se estima que la resolución afecta en el momento a cerca de 24.000 enfermos, muchos de los cuales, con adecuada asistencia, podrían vivir muchos años o incluso recuperar la conciencia.
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