El año litúrgico es una obra del Espíritu Santo para llevarnos hacia la santidad. Pues el año litúrgico desarrolla el misterio de Cristo, a lo largo del año, para semejarnos a Cristo y unirnos a Él. En la transfiguración, los apóstoles, y nosotros con ellos, estamos mirando la gloria de nuestro señor Jesucristo y esto debe de llevarnos a amarlo más y confiar más en El. Además, Jesús nos lleva a un monte aparte para despegarnos del mundo. La nube resplandeciente que cubre a todos es símbolo del Espíritu Santo. San Alfonso Ligorio nos da cinco medios para crecer en el amor de Jesucristo, porque en esto consiste la santidad: [1] Tener continua memoria de los beneficios de Dios; [2] Considerar la infinita bondad de Dios; [3] Evitar con diligencia cuanto lo desagrade; [4] Despegar el corazón de los bienes terrenos; y [5] Meditar en la Sagrada Pasión.