8º Domingo después de Pentecostés
(Lc 16: 1-9)
El evangelio de hoy nos cuenta la parábola del administrador infiel. El Señor no trata de alabar el mal proceder de este administrador infiel. El término astucia significa el uso de la inteligencia para hacer el mal. Sino que dice que el infiel es más listo haciendo el mal, que el fiel haciendo el bien. Estas enseñanzas de Jesucristo son de plena actualidad; pues vemos por un lado la astucia de los hijos de las tinieblas, tanto en el poder político, como social, como religioso, para hacer el mal. Y por otro, vemos que los hijos de la luz están acomplejados, apocados, y no saben qué hacer.
Hay un gran empecinamiento de un gran número de personas en la mentira, en la maldad; y por otro lado, hay también un conjunto de cristianos que están empecinados en la estupidez, cobardía y con complejo de inferioridad que no saben qué hacer.
Tened en cuenta que llevamos en la Iglesia actual, más de cincuenta años de ataque a las creencias a través del modernismo. Los falsos doctores se han valido de la ignorancia y simplicidad de la gente sencilla para engañarlos. Después de esos cincuenta años, la gente ya no quiere escuchar la verdad… (sigue)