Neocones: listos para defender la Comunión para los adúlteros

Nota del Editor: Este artículo apareció por primera vez en la edición de The Remnant del 15 de noviembre de 2014, pero hoy sigue siendo relevante dados los reportes que surgieron ahora sobre la firma de la Exhortación Apostólica posterior al Sínodo de la Familia que el papa Francisco firmó el día de la fiesta de San José, el 19 de Marzo, y cuya publicación está prevista para después de la Pascua. Según el reporte de Corriere della Sera del 20 de marzo, la exhortación “incluirá muchas y novedosas posibilidades prácticas para la preparación para el matrimonio y para parejas en situaciones irregulares: no sólo para los divorciados vueltos a casar, sino también para los que conviven, para matrimonios entre un creyente y un no creyente, y para los casados únicamente por civil.”  Que Dios nos ayude.  MJM

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Pregunta: ¿Podemos esperar una resistencia viva de parte de nuestros favoritos reporteros neocatólicos contra las tretas que Kasper y compañía decidan realizar con aprobación de Francisco en el Sínodo de la Familia del año próximo? ¡No! ¿Por qué? Porque, en principio, ya engancharon sus vagones intelectuales al tren Kasper.

Si usted cree que en el Sínodo 2015 los neocatólicos estarán listos para defender la enseñanza católica perenne sobre la indisolubilidad del matrimonio y la recepción digna de la Eucaristía, piénselo otra vez. Si el año que viene el papa Francisco decide arrojarse por el acantilado eclesiástico aprobando la propuesta del Cardenal Kasper como ley canónica, no tenga dudas que los apologetas neocatólicos estarán sumisamente listos para saltar con él.

La evidencia sobre esto ya era aparente en octubre de 2013, cuando el apologeta neocatólico Jimmy Akin se refirió repetidas veces a la enseñanza moral perenne de la Iglesia que prohíbe la recepción de la Eucaristía en estado de pecado mortal simplemente como una “disciplina” o “práctica” modificable. Luego, en abril del 2014, Akin se volvió a referir a esta enseñanza como “práctica” en una defensa frenética de Francisco, quien había informado a una mujer viviendo en adulterio que podía recibir la Sagrada Comunión. Adelantémonos a octubre 2014. En el caos inmediatamente posterior al sínodo, el apologeta neocatólico Jeff Mirus no dejó lugar a dudas sobre su deseo de saltar del acantilado teológico, en un artículo irónicamente titulado, “No confundan disciplina sacramental y doctrina católica.”

Ahora, un mes más tarde, la Agencia Católica de Noticias (CNA) informa lo siguiente, “Eruditos: No, Benedicto XVI no apoya a Kasper en los debates del Sínodo.” Si bien es bueno que Benedicto XVI no apoye la propuesta de Kasper, las razones dadas por los citados “eruditos” para oponerse no aseguran que la enseñanza de la Iglesia sobre este tema no pueda cambiar. Al contrario, examinándolas de cerca, las razones de los expertos para oponerse a la propuesta radican en la misma base intelectual inestable de Akin y Mirus.

El artículo de la CNA cita numerosas veces al Dr. Nicholas Healy, un profesor auxiliar del Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. En él, el Dr. Healy analiza el hecho de que el Cardenal Kasper utilizó un ensayo del P. Ratzinger de 1972, para apoyar su propuesta a favor de la comunión para los adúlteros. Al discutir cómo cambió la opinión de Ratzinger, el Dr. Healy declara lo siguiente:

¿Alguno más ve el problema que hay en esto? El Dr. Healy dice implícitamente lo siguiente:

  1. En 1972 tenían permiso (y aparentemente todavía lo tienen) para proponer opciones novedosas en la Iglesia, en contradicción con Su doctrina y práctica inmutables.
  2. Estas opciones novedosas no están prohibidas por el magisterio ordinario y universal de la Iglesia de los últimos 2000 años. En cambio, fueron simplemente prohibidas por una encíclica papal, Familiaris Consortio, de Juan Pablo II, escrita como resumen del Sínodo de la Familia de 1980.
  3. Como el Cardenal Ratzinger viró su pensamiento de 1972 hacia el del consenso del sínodo de 1980, tenemos frente a nosotros un gran ejemplo de lo que significa “pensar con la Iglesia”.

Mi pregunta al Dr. Healy es la siguiente. Suponga que el Sínodo de la Familia de 2015 adopta palabra por palabra la propuesta de Kasper, permitiendo la Sagrada Comunión a los adúlteros manifiestos. Luego, el papa Francisco publica su propia encíclica adoptando la propuesta de Kasper como la “nueva” posición de la Iglesia. ¿Entonces qué? El Dr. Healy rogará al Papa Emérito que pegue la vuelta a su repudiada posición de 1972 para poder, una vez más, “reflejar un deseo de pensar con la Iglesia a la luz del Magisterio.”  ¿El Magisterio de la Iglesia es esquizofrénico? Y si lo es, ¿debemos convertirnos todos en esquizofrénicos teológicos para poder “pensar con la Iglesia”?

La respuesta es que la autodenominada “Iglesia Conciliar” de los neocatólicos es en verdad esquizofrénica. Porque una fe basada en las arenas movedizas de los sínodos no es la fe católica. Porque las encíclicas papales que resumen los sínodos episcopales no son en sí mismas Magisterio ordinario y universal. Sólo pueden repetir lo que ya se ha asentado en el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia y no tienen derecho o autoridad para contradecirlo.

Pero en el mundo de fantasía del neocatólico, una realidad virtual creada para defender sus posiciones absurdas e indefendibles, ¡todo está perfectamente bien! ¿Por qué? Porque la pregunta sobre si la Iglesia permite recibir la Sagrada Comunión a los adúlteros manifiestos es simplemente un asunto de disciplina cambiante, y no está ligado íntimamente a la doctrina. Por lo tanto, para salvar sus pellejos teológicos, los neocatólicos están dispuestos a tirar por la borda 2000 años de enseñanza inmutable de la Iglesia sobre el matrimonio, rebajándolo al nivel de qué color debiera vestir el sacerdote el domingo. Para mostrar qué tan bajo están dispuestos a caer, Jeff Mirus dice incluso que también está abierta a debate la Sagrada Comunión para los políticos que favorecen el aborto.

Por supuesto que este pensamiento es absurdo. Las reglas que discutimos aquí involucran dos doctrinas infalibles de la Iglesia. Primero, que un matrimonio sacramental es indisoluble. Segundo, que uno comete sacrilegio si recibe la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal.

Los hechos propuestos son los siguientes. Hay un católico que aún está sacramentalmente casado con su cónyuge, aunque dicho católico obtuvo un divorcio civil y entró en estado de cohabitación y adulterio con otro individuo. Dicho católico continúa viviendo falsamente como marido y mujer con este segundo individuo, cometiendo repetidos actos de adulterio con él. Ahora, el Cardenal Kasper propone, y los neocatólicos defienden tanto como sea posible, una situación en la que dicho católico está moralmente autorizado a recibir la Sagrada Comunión sin abandonar su estado de adulterio.

Le preguntaría al Dr. Healy, al Dr. Mirus, y al Sr. Akin, ¿bajo qué posible escenario dicha propuesta no contradice las dos doctrinas católicas previas que cité? Un católico recibiendo la Sagrada Comunión en un escenario como el de arriba significa necesariamente que el matrimonio católico no es indisoluble o que recibir la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal ya no es sacrilegio. El Cardenal Kasper intenta disfrazar su propuesta exigiendo que el católico de nuestro ejemplo se confiese antes de recibir la comunión. Pero no engaña a nadie. La única manera en la que este católico hipotético podría demostrar verdadero arrepentimiento y formar un propósito de enmienda (dos condiciones necesarias para la absolución), sería extraerse a sí mismo de la situación de adulterio. Por lo tanto toda absolución dada a un católico viviendo en adulterio que se rehúsa a dejar dicho estado, sería inválida.
La doctrina de la Iglesia que prohíbe a los adúlteros recibir la Sagrada Comunión es tan vieja como San Pablo. Está estampada en las Sagradas Escrituras a la vista de todos:

En cuanto a esos liberales, incluyendo el Cardenal Kasper, que quieren llevarnos de vuelta a la sencillez de la “Iglesia primitiva”, veamos qué es lo que la “Iglesia primitiva” pensó sobre este asunto. En el año 300 D.C. el Concilio de Elvira decretó lo siguiente:

Tan desesperado está, que Mirus incluso trata de usar el hecho de que los cánones sobre la penitencia eran más estrictos en el pasado, como prueba de que la enseñanza de la Iglesia sobre la comunión sacrílega es completamente modificable al antojo del Papa. Sin embargo, la enseñanza de la Iglesia sobre la comunión sacrílega puede variar según las circunstancias individuales. Por lo tanto, Mirus compara descaradamente manzanas con naranjas, conduciendo sin duda a muchos de sus lectores consigo hacia el acantilado teológico. Porque para que Mirus posea un precedente que lo avale verdaderamente, la Iglesia debería haber eliminado por completo la necesidad de penitencia. Por supuesto que esto es imposible, dado que la Iglesia no tiene la autoridad para deshacerse de la penitencia, de la misma manera que Ella no tiene autoridad para declarar que una comunión sacrílega ya no es más sacrílega.

En el análisis final, el neocatolicismo es un pernicioso mal. Dado que envenena la mente a creer que la religión católica está sujeta a seguir el capricho no infalible de un Papa o un sínodo, en lugar de la misma fe que tanto Papas como sínodos han jurado defender y transmitir. Es entonces que pone el carro delante del caballo, preparando la escena para la “Iglesia Sinodal de la Nueva Disciplina” para ir donde sea que la autoridad disidente la conduzca.

Por lo tanto, si usted esperaba una lucha ferviente y resistencia de parte de su reportero neocatólico favorito, contra las tretas que Kasper y compañía decidan realizar con aprobación de Francisco el próximo año, quedará muy decepcionado. Porque, en principio, ya engancharon sus vagones intelectuales al tren Kasper. De hecho, demostraron estar listos para pararse y defenderlo en toda su locura herética con cara larga hacia los católicos como usted, si Francisco pone la firma. Consecuentemente, están a un golpe de pluma de defender públicamente la herejía como “modificación disciplinaria permitida” en la práctica de la Iglesia. Si lo hacen, le sugiero que realice su propio golpe de pluma, informando a estos proveedores de veneno que no continuará respaldándolos ni leyéndolos ni con su chequera.

Chris Jackson

[Traducción de Marilina Manteiga. Artículo original]

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