“No permitiré que llegues a ser sacerdote”

Ilustre sí sí no no,

nací casero, con las pantuflas en los pies y estoy bien en casa. Cuando de joven, alguna vez decía que deseaba “salir” (hoy la Iglesia está en salida, ¿sí o no?), papá me decía: “Pero ¿dónde quieres ir? ¿No estás bien en casa?”. A los 16 años, leí por primera vez los Pensamientos de Pascal (1623-1662) y entre otras cosas formidables, encontré escrito también esto: “La mayor parte de los males vienen al hombre de no saber estar tranquilo en su habitación. Pirro, rey de Epiro, ¿no estaba bien en su palacio, con mujer, hijos, siervos, dinero y todo bien de Dios? ¡Sí que estaba bien! Y, sin embargo, se le ocurrió organizar un ejército con elefantes y marchar a Italia a hacerle la guerra a los Romanos. Así perdió todo: no sólo los elefantes, sino también su ejército y corrió el riesgo de ser él también matado. Volvió a Epiro por casualidad.”. 

Mi padre, que había estudiado sólo la escuela elemental y no sabía ciertamente quién era Pascal, sin embargo, concordaba con Pascal y yo me quedé todo lo que pude en casa. Sin embargo, conozco a muchas personas, incluso en Indonesia, en Australia y en Brasil. Y a estas personas, les he hablado siempre de Jesús. Pues bien, entre mis amigos hay un joven adulto de la Italia central que aquí llamo Gianni.

De cuarenta años, célibe, rico de fe y de amor a Jesús, desde siempre colabora en toda obra con sus sacerdotes y con su Obispo. Ha sido también concejal, llevando con su testimonio y sus “sí” y sus “no” una luminosa presencia cristiana incluso ante hombres enemigos al Hecho cristiano. Se ha preguntado varias veces si el sacerdocio no podría ser su vocación, pero, orando y aconsejándose con sabios hombres de Dios, se ha cerciorado de que el sacerdocio no es su camino.

Sin embargo, es tan cercano a los sacerdotes, que algún buen Ministro de Dios de tanto en tanto todavía se lo dice: “Pero Gianni, ¿por qué no te haces sacerdote? ¡Lo harías de manera óptima!”. Pero él está seguro de que esto no es voluntad de Dios. Hace unos días, Gianni se encontró con un sacerdote, quizá monseñor, que cuenta mucho en su diócesis, que le dijo:

“Espero que no pidas nunca al Obispo llegar a ser sacerdote. En dicho caso, te lo impediré porque te has quedado siendo tridentino, detenido en el concilio de Trento. Crees tener un cierto nivel de santidad, pero tienes encima un gravísimo pecado, el de no aceptar el “aggiornamento” del Vaticano II.”.

Gianni, inmediatamente, se ha quedado blanco y después se ha repuesto y ha respondido a aquel prepotente: “Paciencia si usted me impedirá llegar a ser sacerdote. Lo siento, sin embargo, por otros que fueran impedidos como lo soy yo por usted. Sí, soy tridentino, sobre todo soy fiel a todo el Magisterio de la Iglesia. Soy también fiel a lo que hay de bueno en el Vaticano II: lo que en él hay de bueno, no es nuevo, lo que en él hay de nuevo, no es bueno. ¿Queda claro?”.

El discurso ha terminado ahí. Mirad, amigos, faltan los sacerdotes. Hay sacerdotes que tienen 5/6 parroquias. Los seminarios están vacíos. Pues bien, que se sepa que el buen Dios llama a muchachos a hacerse sacerdotes, pero no son acogidos por que serían “tridentinos”, no suficientemente abiertos a lo “nuevo que avanza”. Muchachos que aman la oración, el Rosario, la liturgia celebrada con dignidad y verdadera belleza, que custodian su corazón, sus sentidos, su pureza de las experiencias del mundo; muchachos devotísimos de la Virgen, enamorados de la Santísima Eucaristía, que es Jesús inmolado. Y así sucesivamente.

Estos jóvenes, si desean llegar a ser sacerdotes, pueden encontrar, y no raramente encuentran, personajes que votan contra su admisión al sacerdocio, porque están vinculados a la sagrada Tradición católica, ¡lo cual es considerado una culpa!

Entonces, amigos, en vez de orar por las vocaciones – que “rebus sic stantibus” no habrá – oremos para que los Obispos, consejos presbiterales, rectores de seminarios y “sus señorías”, recapaciten del conciliarismo vaticano-segundista y vuelvan a vivir en la Verdad y también en el sentido común. 

¡Señores, si no estuvierais tan “chiflados”, si fuerais católicos como Dios quiere, vuestros seminarios comenzarían a acoger a jóvenes “llamados” y no serían ya hospitales crónicos, como sucede en muchas diócesis!

Virgencita, ocúpate tú.

Saludos.

Insurgens

SÍ SÍ NO NO
SÍ SÍ NO NOhttp://www.sisinono.org/
Mateo 5,37: "Que vuestro modo de hablar sea sí sí no no, porque todo lo demás viene del maligno". Artículos del quincenal italiano sí sí no no, publicación pionera antimodernista italiana muy conocida en círculos vaticanos. Por política editorial no se permiten comentarios y los artículos van bajo pseudónimo: "No mires quién lo dice, sino atiende a lo que dice" (Kempis, imitación de Cristo)

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