
Este Papa va con los tiempos y permitirá que los divorciados vueltos a casar por lo civil, puedan Comulgar”, esto es lo que escuchaba ayer en una tertulia con un grupo de personas con las que me encontraba. La gente ve en nuestro actual Santo Padre, a un Che Guevara del siglo XXI. “En nuestra Parroquia hemos estado haciendo reuniones para hablar de todo eso y el Párroco nos ha venido explicando a lo largo de todo el año, la nueva realidad de la Iglesia”, decía una de mis amigas. ¿Es esto lo que se persigue con el sínodo de los Obispos, la destrucción del Magisterio? Pensemos que no, la Iglesia de Jesucristo está custodiada por el Espíritu Santo, un atentado de ese calibre supondría la reacción de los Católicos de todo el mundo, que estamos llamados a preservar nuestra Fe. Lo ideal sería que la imagen del Papa, fuera la que plasmó con una frase tan dulce y hermosa, Santa Catalina de Siena, refiriéndose a él, como el dulce Cristo en la tierra, eso es lo que queremos ver y no un guerrillero al frente de un grupo de francotiradores. Pase lo que pase con el Sínodo, el mal ya está hecho y el objetivo se ha logrado, confundir a los fieles. Actualmente nuestra sociedad, totalmente apartada de la vida religiosa, ve como normal, todo lo que en el Catecismo está recogido como pecado. No obstante, lo importante no era introducir estas ideas en personas alejadas de la fe, sino dentro, en el centro, en el corazón de la Iglesia, ahí es donde era necesario sembrar la semilla del mal y así se ha hecho, si esto fuera un examen y hubiera que calificarlo, la nota sería, “matrícula de honor”. El modelo actual de matrimonio cristiano ya no son los padres de Teresita de Liseaux, sino el señor o la señora que sale en las revistas del corazón, que lleva tres matrimonios encima y que tiene un hijo de cada unión. El Sacramento del matrimonio, en estos momentos es como el café, soluble, no indisoluble. Eso por no hablar de las uniones entre hombres y mujeres del mismo sexo, que en aras a una falsa modernidad, hasta nuestros padres dicen que cada uno puede hacer lo que le da la gana con su vida. Esto último es cierto, la libertad es el don más preciado y por ello, libremente podemos vivir en pecado mortal y condenarnos o Vds. ¿Qué se piensan? ¿Qué el que lleva una vida promiscua y pecaminosa se va a ir al cielo? ¡Venga ya! Bajemos de la nube, hay un cielo y un infierno y de nuestra vida y de nuestras obras dependerá el resultado del juicio final.
Reuniones parroquiales para catequizar, en este caso, adoctrinar, eso es lo que se ha venido haciendo desde que se empezó a hablar del Sínodo. ¿Y qué se enseña en estas reuniones, de qué se habla y quién las capitanea? Normalmente están dirigidas por Curas progres, tanto los hay que usan clerigman como los que van con camisa de cuadros, laicos comprometidos, diáconos permanentes, etc. La operativa es muy sencilla, sólo es necesario disponer de un espacio físico, que en el mejor de los casos se llama, “local parroquial”. Se invita a la Comunidad a una reunión informativa o se dan a lo largo del curso charlas mensuales, se ponen carteles con el Papa sonriendo, alguna palabra impactante para captar la atención del que lee, tales como “nueva realidad, nueva Iglesia, nuevos tiempos…” y una vez lanzada la red, cuando los peces están en ella, se les da el alimento que finalmente los aniquilará y los pondrá en la parrilla. Así de sencillo, muerte súbita.
El público que suele asistir a estas reuniones, su edad suele pasar de los 80 años, lo digo sin incurrir en error, ya que personalmente, lo he visto. No hace muchos meses me encontraba en una mini conferencia de estas, dirigida por un teólogo de la nueva ola y este era el panorama, personas que podrían ser mis abuelos, sentados y aplaudiendo las gracias de un señor de mediana edad, que se mostraba cercano con su discurso más propio de un adolescente universitario que de un Sacerdote jesuita y con su sonrisa interminable, introducía la semilla del mal en las cándidas almas de este grupo de personas, que después serían mensajeros en sus casas de todo lo que él estaba soltando por esa boca. Resumen, convencen a la feligresa o al feligrés, el cual, llega a su hogar, planteándose si su hijo que está divorciado y viviendo con otra persona ya no está en pecado, porque el teólogo de moda le ha dicho que el Papa va a cambiar todo. Se lo comentan a sus hijos y a sus nietos, los cuales encantadísimos le reafirman que es así, que la Iglesia se tiene que adaptar a los tiempos y catapún chim púm, la obra esta cuajada. El demonio hoy en día, no entra sutilmente por la trastienda, no, entra por la puerta principal y de la mano de los de dentro, como un héroe.
Esto que les cuento, se hace también a menor escala, con un colaborador parroquial que despunta del resto porque es Ministro Extraordinario de la Comunión, se le sienta con los distintos grupos parroquiales, cada día con uno, por si en el medio hay algún sublevado y se adoctrina a la gente en una nueva religión. Lutero al lado de todo esto, era un mero aficionado. Una vez formada la nueva comunidad parroquial, lo demás es muy sencillo, expulsar a los que no encajan, que apenas pueden ser uno o dos. Y así nos encontramos con el nuevo panorama: catequistas formando a nuestros hijos, que viven amancebados en pecado público y enorgulleciéndose de ello, por ejemplo. Este es el pan nuestro de cada día en muchas parroquias. En los Confesonarios ya no hay Sacerdotes, porque lógicamente si lo que es pecado mortal se ve como algo normal, cotidiano y que está bien, ¿A quién va a estar esperando el cura allí sentado? ¿De qué hay que confesarse, de que comemos carne los viernes, si eso ya no lo respeta nadie? Esta semana en horario de 11 a 13, fui a distintas Iglesias y no encontré ningún Confesor en lo que debería ser su ubicación principal, ¿Saben por qué? Porque según ellos, “eso ya no es necesario”, así lo he escuchado yo misma. No es necesario Confesarse…Se han cargado los Sacramentos delante de nuestros narices y nos hemos quedado impasibles. Ahora, el objetivo principal, es la Sagrada Comunión. Primero apartamos el Sagrario del centro, después le decimos a la gente que no es necesario hacer oración, como escuchaba esta semana en una predicación, lo importante es ayudar al necesitado, quitamos los reclinatorios, nos esforzamos en inculcar a la gente que hay que Comulgar en la mano, para que se convenzan de que todo esto es una farsa y objetivo casi cumplido, finalmente se convoca un Sínodo, durante un año se le da publicidad a las palabras: Comunión, divorciados, homosexuales y en Octubre, abrimos la botella de champagne para celebrar la victoria del maligno. Fiesta parroquial: todos a Comulgar,
Recuerdo hace bastantes años, en una revista del corazón muy conocida, como una señora de reputada familia, en una entrevista que concedía a este medio, decía que estaba enamorada del señor con el que convivía, un conocido torero, pero que era consciente de que esa relación era pecado por la situación irregular de él y que por esta razón, ella, no podía Comulgar y lo aceptaba. Esta señora hoy en día, sería ridiculizada, recuerdo como mi madre nos decía, “mirad, que buen ejemplo público de lo que está mal, vive en pecado y lo reconoce”. Eran tiempos en los que la gente tenía clara la Doctrina. En esa misma revista, actualmente los discursos son los siguientes, “tenemos un hijo y es suficiente, ni nos planteamos tener más”, la portada de esta semanario hace unos meses, era un cantante homosexual con su hijo procreado en un laboratorio. Obviamente estas publicaciones no son la hoja parroquial, pero sencillamente con este ejemplo, vean Vds. como desde todos los frentes, nos van colando los goles en la portería. Hace algún tiempo, en el Sagrario de una Iglesia, no crean que los hechos que les voy a relatar sucedieron en la puerta, no, allí, delante de Nuestro Señor, una colaboradora parroquial me vino a increpar por haber defendido el discurso de un Sacerdote sobre el estado de Gracia para recibir la comunión, omitiré más detalles, porque al fin y al cabo, es una fiel seguidora de nuestros artículos y ojala alguno le sirva de reflexión. A ella le parecía normal que la gente conviva sin estar casada, que cualquiera se acerque a Comulgar, que no es necesario arrodillarse en ningún momento durante la Santa Misa, porque Nuestro Señor, como entra por nuestro cuerpo, sale, así de duro y así de literal, a los pies del Sagrario…A los pies del mismo Jesús, una persona que lidera movimientos parroquiales me dijo todo esto, ¡Échense a temblar!
Este fin de semana en el ayuntamiento de mi ciudad, figuraba colgada del balcón principal, en la fachada, la bandera del movimiento gay, para celebrar el día de la diversidad. El otro día conversando con un Sacerdote, sobre un señor de su parroquia que está unido civilmente con otro individuo, es decir, dos hombres, le restaba importancia a este hecho, incluso me pareció que era un claro candidato a leer la oración de los fieles, ya ven…Moseñor Paglia, ante la convocatoria del encuentro mundial de la Familia en Filadelfia, preguntado por la presencia en el mismo, del colectivo gay, ha dicho “Seguimos a la letra el Instrumentun Laboris del Sínodo. Todo el mundo puede venir, sin excepción”. Es cierto que todo el mundo puede ir, pero ese no es el discurso que queremos escuchar, sino una invitación a la conversión del pecador, ¿Por qué no hablan claramente de que la convivencia entre personas del mismo sexo es pecado mortal y la misericordia de la que tanto hablan, no es otra que enseñar el camino de la castidad y del abandono de la vida de pecado? Arrepentimiento y Confesión de los pecados.
Los matrimonios cristianos empezamos a ser piezas de museo. Me preguntaba ayer una de las personas que estaba hablando conmigo de estos temas, que por qué me preocupaba tanto por algo que no iba conmigo y que lo mejor era que cada uno Comulgara libremente, si le apetecía o no y que no nos metiéramos en la vida de los demás, ¡Cómo si lo que nos preocupara fuera el cotilleo puro y duro! Ya ven, frivolidad, mundanidad, se trata la Sagrada Comunión como si fuera el menú del día, un buffet libre en el que uno va si le apetece tomar algo o no ¡Oigan, que estamos hablando del mismo Dios que se nos da verdaderamente en la Hostia!
La salvación de nuestra alma es lo primero, pero ¿A Vds. no les preocupa el alma de sus semejantes? A mi sí, principalmente de las personas a las que quiero, a las que tengo cerca, ¿Cómo me va a dar igual que alguien se condene? Me preocupa enormemente que mis padres puedan ir a una Parroquia en la que no se enseñe sana doctrina y aprovechándose de su avanzada edad, les intenten colocar un discurso alejado de la verdad de la Doctrina. No podemos dejar que se ultraje el Nombre de Jesús y que destruyan nuestra Iglesia, tanto se urda el plan desde un Sínodo de Obispos como desde una reunión clandestina en un local parroquial, o en la panadería de la esquina. Hace unas semanas, al paso de la Procesión del Corpus, en un pueblo de Málaga, estaba la bandera gay como alfombra floral, sobre la cual, pasó la Custodia. El Obispo de Málaga, preguntado al respecto, recordó que el adorno floral depende del ayuntamiento y de los vecinos y como quién tira balones fuera, añadió “la Iglesia respeta la diversidad de pensamiento, pero considera que algunos de los motivos plasmados en las alfombras son inapropiados para la fiesta que se celebra”. Diversidad, lean el Intrumentum Laboris del Sínodo y se encontrarán esta palabra hasta la saciedad. Sobra decir más.
“Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén. Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.” (Romanos 1,24-27)
Sonia Vázquez