Parusía en Castellani. La Providencia y los profetas finales

Es un trabajo arduo presentar a Leonardo Castellani y además presentar un tema tan contrariado y también escondido como es la Parusía de Nuestro Señor Jesucristo. Pero tomemos el toro por los cuernos  (que nunca vi hacer eso a un torero ni a un criollo de las Pampas, pero según el refrán es ir directo a la cosa, como el chancho a la batata, que decimos por aquí), y pincelemos al cura.

El Padre Leonardo Castellani[1] fue una luminaria argentina que crece con el tiempo. Nació en la selva del chaco santafesino en 1899, hijo de familias nobles por parte de la madre y de italianos inteligentes y luchadores por parte del abuelo y padre, éste asesinado por la policía en épocas en las que un periodista no podía hablar contra la oligarquía partitocrática. Llagó fiero al niño de 6 años que hacía menos de tres había enfermado y perdido un ojo por la alta fiebre; aprendió a leer con su abuela teniendo tres años y medio, y leyó todo lo que había hasta su muerte a pesar de la limitación. Estudiante destacadísimo en los colegios de los jesuitas, novicio piadoso, maestro a muy temprana edad, escritor de renombre antes de los 21 años (Camperas), crítico literario en nueve lenguas; filósofo en Roma discípulo del P. José Maréchal SJ, introduce a Marcel Jousse[2] en la Argentina; teólogo y doctor sacro de primer orden de la gregoriana, y doctor en filosofía aplicada a la psicología con tesis en Francia y trabajo de campo en varios psiquiátricos europeos.

Escritor claro, agradable, gracioso, profundo, para todos los niveles de la aprehensión y educación. Sus más de cincuenta libros son de dos o más lecturas y el análisis de las consecuencias de los hechos que estudia se fueron dando en los campos religiosos, políticos, educativos, periodísticos. Explicó que profeta no es sólo aquél que ve el futuro por la Gracia de Dios, sino también aquél que, también por la Gracia de Dios, puede leer una profecía realizada en los hechos. Castellani fue profeta con seguridad por la segunda acepción. La vida espiritual sufrida y obediente lo muestran como un místico porque “en todo momento siguió la voz del Espíritu que le hablaba en su conciencia”, según nos explicó lo que era un santo.

Presentado el tremendo cura, hablemos del tema parusíaco que califica la obra de Castellani. La herejía del modernismo radica en negar el único dogma del Credo aún no cumplido et venturus est iudicare vivos et mortuos. Dice la herejía que este mundo no tiene fin, va indefectiblemente al progreso, el centro es el hombre… Dios no está ni en el comienzo, ni en el nudo ni menos en el desenlace de la obra humana. Dios es lo que evoluciona en el hombre y la naturaleza hacia el pléroma gnóstico.

Como contraste, la  característica de los cristianos fieles en los Tiempos Finales de la Iglesia, que coinciden con los últimos tiempos del mundo, será en clamar como la Iglesia Primitiva ¡Maranatha, Ven Señor Jesús!, pero ya viendo la Aurora de la Parusía. El hombre no se dará el gusto de destruir la creación, imposible para él, sino que el mismo Jesucristo Volverá para la renovación final. Esto creerá con firme esperanza el pequeño rebaño del Fin de los Tiempos. La caridad será pedir el regreso de Cristo Rey.

El asunto grave es conocer si estamos o no en el Fin de los Tiempos. Y Castellani argumenta con la Tradición que si Nuestro Señor nos dejó parábolas, descripciones, signos y avisos de signos, profecías en definitiva, y hasta un libro revelado al discípulo amado, luego eso debe suceder, como arranque de cualquier diálogo. Y además, a medida que el Tiempo se acerque, se harán evidentes los signos profetizados por Jesucristo.

Es decir, primera contradicción a la herejía modernista: el tiempo de merecer para la Iglesia militante se acabará igual que se acaba para el ser humano individual cuando muere. Segunda contradicción a la herejía inmanentista: el mundo no irá de bien en mejor, ese progreso pretendido de alfa al punto omega no está en los “genes” de la naturaleza sino en la cabeza de Telar del Cardón (humorada por Teilhard de Chardin); el hombre no encontrará la paz sino su caricatura como la paz de cementerio, no habrá paraíso terrenal por medio del esfuerzo de todos y de la guarda de la ecología ni menos con la amenaza de destrucciones nucleares y totales; por el contrario, la guerra como institución y la mentira como sistema, las calamidades naturales, la falsificación de Cristo y de su iglesia, el sistema pisando al ser humano, los falsos cristos pululando y engañando a los que se dejen engañar será la nota distintiva del “comienzo de los dolores”.

Tercera contradicción a la apetencia masónica del modernismo: sólo Cristo volviendo sobre las nubes del cielo y evidente como un rayo surca la inmensidad vencerá con el aliento de su boca al Anticristo y al demonio; entonces resucitarán los Santos, entonces comenzará el Juicio, entonces se encadenará al Malo por un tiempo, entonces habrá algo de paz mientras Gog y Magog se reordenan, acabado ese tiempo, se suelta al Malo, cae fuego del cielo, y vence la Iglesia militante…

“Él no dice que este Reino suyo, que han predicho los profetas, no esté en este mundo; no dice que sea un puro reino invisible de espíritus, es un reino de hombres; Él dice que no proviene de este mundo, que su principio y su fin está más arriba y más abajo de las cosas inventadas por el hombre. El profeta Daniel, resumiendo los dichos de toda una serie de profetas, dijo que después de los cuatro grandes reinos que aparecerían en el Mediterráneo, el reino de la leona, del oso, del leopardo y de la Bestia Poderosa, aparecería el Reino de los Santos, que duraría para siempre. Ese es su Reino…” (Extracto del Sermón “Mi reino no es de este mundo”[3])

Entonces habrá Cielos Nuevos y Tierra Nueva donde pacerá el corderito con el león y el niño meterá la mano en la cueva de la víbora sin que lo pique porque todo será renovado.

¡Dios mío, qué tema, cuántas dificultades, cuántas preguntas!

¿Es verdad todo esto? ¿Los Padres de la Iglesia recibieron de los Apóstoles algo que Jesús les dijera sobre esto y tenga fundamento bíblico? ¿Quién es la Bestia del Mar y quién la Bestia de la tierra? ¿Quién es Jezabel? ¿El texto apocalíptico es literal o alegórico? ¿A quién representa la Mujer que da a luz con dolores de parto? ¿Las iglesias del Apocalipsis son imágenes o momentos históricos? ¿Los Últimos tiempos es sinónimo del Fin de los Tiempos? ¿Cuáles son los signos del Fin de los Tiempos? ¿Cuáles son los signos de la Parusía? ¿Qué es la Parusía? ¿Hay triunfo de la Iglesia o derrota? ¿Se convertirán los judíos antes o durante la Parusía? ¿El Anticristo es una persona o un movimiento?

En definitiva, ¿hay respuestas de hermenéutica bíblica y de género apocalíptico o son imaginería cristiana? ¿La historia de la Iglesia es lineal o cíclica? ¿El Magisterio ha enseñado algo de todo esto y Santo Tomás de Aquino? ¿No fue condenado el Milenarismo? ¿Qué dijeron los Padres Apostólicos, los amigos inmediatos de los Apóstoles, de estos relatos oídos de los mismos Apóstoles, en especial de Juan el Águila de Patmos?

Castellani entra con pie firme en estos temas dificilísimos[4].

A los sesenta años de edad, vuelve al griego y traduce el Apocalipsis directamente del original. Y escribe toda una saga para explicarse. Hasta la Divina Providencia lo hace cruzar, siendo más joven, con un curita jesuita de la española Cuenca que ha recopilado toda la Patrística Apostólica con el tema del Milenismo del capítulo XX del Apocalipsis, y desde la Didajé, están todos los textos. Pasa el escrito en latín a Castellani y le dice que lo traduzca y haga lo que mejor le parezca. Sale una joya “La Parusía en la Patrística” de Alcañiz y Castellani.

Y cuando creíamos que el cura exclaustrado de los jesuitas por las certeras críticas que les punzó por escrito con respecto a los votos[5], había escrito su mejor libro en el Evangelio de Jesucristo, apareció el Apocalipsis de San Juan. Apoyado por Cristo ¿Vuelve o no vuelve?, por los Papeles de don Benjamín Benavides, por Marcelino Birlibirloque, y hasta por Su Majestad Dulcinea… Sermones, novelas, artículos, ensayos, todos los géneros publicistas que le servían con servidumbre utiliza para gritar que Cristo Volverá Sobre las Nubes del Cielo para Juzgar a Vivos y Muertos y que está a las Puertas porque la higuera ha ablandado sus ramas, los signos están aquí, miren. Por algo sumará unos comentarios a las apariciones marianas como Fátima en los adjuntos de Cristo ¿Vuelve o no vuelve?

En conclusión, la Parusía es un dogma de gran consuelo interior predicado siempre así  por la Tradición. Es la satisfacción en la Fe de saber con certeza que Cristo triunfará. Los signos del amanecer traen tranquilidad. No se mira al mundo con odio, sino con lástima. Las almas cobran el valor de su rescate desperdiciado. Los amigos que comulgan en la finalidad ansiada se estrechan aún más, se ayudan, se ríen por los tumbos del mono de Dios, encuentran motivación para oponerse a los apetitos torcidos.

La Parusía exalta el valor de la Cruz redentora e ilumina los ojos de la Corredentora porque hace soñar con contemplarlos en el Regreso. La Parusía coloca a la Iglesia Militante en la admiración de la Iglesia Triunfante. La Parusía apresura el ansia apostólica porque el tiempo se acaba. Esconder este Misterio sublime es achatar al cristiano y el demonio lo sabe.

Daniel Giaquinta

[1] Castellani en Adelante la Fe https://adelantelafe.com/leonardo-castellani-defensor-la-tradicion/

[2] https://www.wook.pt/livro/l-anthropologie-du-geste-marcel-jousse/7642873

[3] http://www.mscperu.org/domingos/TOcicloC/domC34Comentarios.htm#A_su_disposición_

[4]https://www.youtube.com/watch?v=Wp_tBOJxzQ0 : Conferencia del P. Castellani sobre Parusía.

[5] Castellani, L. Cristo y los Fariseos, edición

Daniel Francisco Giaquinta
Daniel Francisco Giaquinta
Nacido el 14 de octubre de 1958, Mendoza, Argentina.. Profesor de Oratoria (Filosofía, 1984). . Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, España, 1990. Bachellors of Arts, Teología, por la Universidad de Navarra, España, 1989. Máster en Ciencias de la Información, Universidad de Navarra, España, 1992. Profesor Universitario Universidad Católica Argentina, Mendoza. Capacitador de Empresas en Comunicación interpersonal. Capacitador de planta en Escuela Gobierno de Legislatura Mza, Argentina

Del mismo autor

Oratoria mala en curas buenos

“El seminarista necesita aprender a hablar en público: la oratoria es un...

Últimos Artículos

Voces en la tempestad

La reacción que tiene la mujer que es defendida...

Evocación del Jubileo y las indulgencias

Desde el atardecer y hasta la medianoche del 1º...