Hace un año (mayo de 2013) fue publicada una breve carta al director en el periódico ABC de Sevilla con el título «La Comunión», firmada por Arturo del Pino Valencia, que suscribo totalmente. La carta decía así:
«La Iglesia acertó plenamente cuando escogió el polícromo mes de mayo para que los infantes recibieran a Jesucristo por vez primera. En otros tiempos el párroco se encargaba de prepararlos bien para que supieran la trascendental importancia que tenía la celebración. La idea fundamental era que recibían a Cristo (en Cuerpo y Alma) en la Sagrada Forma. Todo lo demás estaba envuelto en una austeridad sencilla. Desde que fue invadiéndonos «el progreso» y el materialismo, los valores espirituales fueron desapareciendo y adulterándose hasta llegar al paganismo social de hoy: la preparación la realizan algunos feligreses, las vestimentas son muy suntuosas y los regalos a montones, además del banquetazo. Padres no creyentes quieren que sus hijos hagan «la Comunión» para que no sean menos que los demás. La mayoría de los niños no suele volver por la Parroquia. Hay que luchar, pues, para que digamos «la PRIMERA Comunión» y la gente se de cuenta de que, después, los niños pueden (y deben) seguir viniendo a Misa, comulgando si están en Gracia de Dios, y cumpliendo los mandamientos de la Iglesia (y de Dios)».
Ahora que estamos en plena Pascua, mes de mayo…..tiempo de «primera comuniones»…..no sólo se trata de «darnos cuenta» y no mirar para otro lado para no ver la BARBARIDAD a la que se ha convertido todo esto, sino de resistir la tentación de la CANTIDAD que parece obsesionar a algunos para que la Iglesia siga girando la rueda….si…..girando sobre si misma sin avanzar (más bien retroceder).
¿Qué está sucediendo?: Siendo REALISTAS, ésto está sucediendo:
– Que la mayoría de los niños que hacen la primera comunión no vuelven a Misa el domingo siguiente
– Que no vuelven a Misa, en gran parte, porque sus padres tampoco van a Misa y no les forman en la fe católica
– Que no pocos catequistas tampoco van a Misa, pues creen que la catequesis es una mera acción cultural y pedagógica
– Que las mismas catequesis adolecen, en gran parte, de formación en devoción y vida de piedad a los niños
– Que para la mayoría de los niños el interés de la primera comunión es la fiesta y regalos que van a recibir
– Que no pocos clérigos prefieren creen que «vamos bien, estamos en primavera….etc» porque cada año montones de niños se apuntan a la catequesis, aunque se prefiere no valorar los poco que siguen en la Iglesia tras la primera comunión (argumento de CANTIDADES Y APARIENCIAS)
– Que, en definitiva, todo esto supone la DESACRALIZACIÓN de la Eucaristía, dentro del peor de todo los males que azota a la Iglesia Católica hoy: la SECULARIZACIÓN INTERNA (como han señalado no pocos Obispos, de forma muy oportuna).
Entonces: ¿Cuando se pondrán los medios para poner freno a toda esta inmensa BURLA a Jesús y a la Iglesia?
Estoy seguro que este tema ya es objeto de amplios debates en el seno de nuestras comunidades. Que cada cual aporte su alternativa, pues yo tengo muy clara la que debiera ser:
1: Calidad por encima de Cantidad. Perder el miedo a la cantidad, y mejor menos sacramentos con mínima garantía que muchos mal recibidos.
2: Orientar la formación también a los padres de los niños. No dar absolutamente NADA por supuesto. A causa de la crisis modernista, la ignorancia doctrinal cubre hoy a casi el 100% de los hogares.
3. Definir, y aplicar el PERFIL del catequista. Se agradece a todos los candidatos su generosidad, si, pero NO debe admitirse a catequista a personas sin una mínima vida sacramental, espiritual, y por supuesto que tenga una situación REGULAR de vida.
4: Austeridad en las celebraciones cívicas. Se hace un DAÑO inmenso a un niño con un dispendio exagerado tras recibir la Eucaristía. En e corazón del niño queda el recuerdo de un simple rito religioso que llevó a una fiesta de regalos sin recuerdo alguno de Jesús.
Termino compartiendo una noticia muy pero que muy grata que acabo de vivir en mi parroquia: unos padres, de acuerdo con su hijo que hace la primera comunión (familia toda católica de verdad, y de Iglesia, o sea de los que seguirán llevando el niño a Misa), decidieron calcular el coste de un convite con muchos invitados (al estilo de hoy) y, tras cerrar la cantidad, DONAR ese dinero a una Fundación de ayuda a los necesitados. Y a la vez celebrar con un almuerzo familiar, fraterno y en casa, la primera comunión del niño. LAUS DEO!!!
Con testimonios así, se refuerza más nuestra ESPERANZA de que, Gracias a Dios, saldremos un día de esta sinrazón.