El 7 de Enero se recuerda a San Juan de Ribera, de memoria obligatoria en la Archidiócesis de Sevilla, donde nació el año 1532. De familia aristocrática. estudió en la prestigiosa Universidad de Salamanca la carrera de teología. Ordenado sacerdote, muy pronto lo fue como Obispo a la temprana edad de 30 años, siendo enviado a la sede de Badajoz. Seis años después ocupó la sede episcopal de Valencia donde conjugó su ministerio arzobispal con la función civil de virrey, recibiendo la encomienda de la monarquía española en cuanto a resolver los graves problemas causados con los moriscos que fueron finalmente expulsados en 1609.
Se dedicó plenamente a su labor de Pastor de la Archidiócesis, con un impresionante celo pastoral que lo llevó a realizar 2.715 visitas a parroquias, cuyos resultados fueron plasmados en 91 volúmenes escritos. Hasta su muerte en 1611, celebró siete sínodos o reuniones con todos los párrocos. Fundó el Real Colegio Seminario del Corpus Christi, cuyo principal cometido era el de formar a los sacerdotes según el espíritu del Concilio de Trento. Se convirtió así en testimonio vivo y ejemplar del espíritu de la contrarreforma en Valencia. Todo ello, junto a sus virtudes heroicas y devoción profunda al Santísimo Sacramento, hicieron que fuera conocido por el Papa San Pío V como «lumbrera para toda España».
San Juan de Ribera, incansable evangelizador, intercede por nosotros