Esta tarde, el Papa ha visitado la parroquia romana de San Alfonso María de Ligorio, donde lo esperaban centenares de personas. El Santo Padre ha visitado el belén viviente, organizado por los fieles de la parroquia, con unos 200 figurantes. Tras un momento de recogimiento y oración privada en la iglesia, el Papa saludó la larga fila de fieles, empezando por los niños y los enfermos.
“Comenzamos el año con Jesús. Él permanece con nosotros y vence el mal. Y le pedimos por todos, sobre todo por los niños que nacerán y por los abuelos, que son la sabiduría”.
Así saludó el Papa y bendijo a los parroquianos. Le esperaban más de 100 niños que lo han recibido cantando «Tu scendi dalle stelle» y un gran ramo de rosas rojas. El pesebre viviente, al lado de la iglesia, representa una pequeña Belén, con tiendas que recuerdan los oficios típicos de la época, como carpinteros, zapateros y artesanos. El Pontífice se ha detenido unos minutos ante cada una, para saludar a los 200 figurantes, pero sobre todo ha ido a la cueva de la natividad donde lo esperaba el pequeño Francisco, que hizo el papel de Niño Jesús, y que fue bautizado esta misma mañana.