Para aquellos que crean en una santidad basada en «místicas emociones», «experiencias carismáticas» y/o «salvación por la sola fe», atiendan a esta santa doctora de la Iglesia:
«No desprecio los pensamientos profundos que alimentan el alma y la unen a Dios. Pero hace mucho tiempo que ya he comprendido que el alma NO debe apoyarse en ellos, ni hacer consistir la perfección en recibir muchas iluminaciones. Los pensamientos más hermosos no son nada sin las obras«