Ls superiores de las órdenes religiosas y las sociedades son consultados por la Congregación para los Obispos, cuando sus miembros sacerdotales son considerados para un nombramiento como obispo.
Se trata de una información bien conocida y establecida en la Santa Sede (como lo fue en Buenos Aires antes) que, cuando el Padre Jorge Mario Bergoglio, SJ, fue recomendado por el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Quarracino, para ser su auxiliar, en 1992, el entonces Superior General de la Compañía de Jesús, P. Peter Hans Kolvenbach -que estaba luchando para recuperar algo de credibilidad para su orden, después de la severa intervención por el Papa Juan Pablo II y la eliminación de Arrupe y los arrupistas que habían hecho encallar a la gran Sociedad tras el Concilio- escribió un informe desfavorable sobre la posible nominación.
Se dice que el informe es muy detallado, y que revela todas las inclinaciones de carácter que se evidencian en la personalidad del actual Papa.
Así que, sería la exclusiva del siglo si un periodista revelara al mundo éste tan importante documento histórico. La católicos «maduros» de nuestra era, “emancipados» por el Concilio Vaticano II, sin duda pueden tomar lo que el Padre Kolvenbach estaba tratando de advertir al Papa Juan Pablo II y a sus asesores sobre el padre Bergoglio. Y seguramente el nuevo Vaticano iluminado puede ser lo suficientemente transparente para permitir que todos los católicos y todos los demás conozcan el contenido de un informe tan valioso.
Es hora de dejar entrar la luz del sol.
[Traducido por Rocío Salas. Articulo orginal]
