Aquí vamos de nuevo, teniendo que publicar las opiniones impopulares sobre otra acción del papa Francisco, un Papa más fuertemente elogiado por el mundo secular que cualquier otro en la historia –parece- y un Papa que es especialmente alabado por todos los progresistas de la Iglesia Católica y otros progresistas como Barack Obama y Bernie Sanders. Esto ha ocurrido tan a menudo ahora que, a veces, nos sentimos como voces que claman en el desierto a quienes relativamente pocos entienden.
Juan el Bautista, era la persona a la que se aplicó la descripción de una «voz en el desierto» en la Escritura. Se vio obligado, por amor a Dios y a la verdad, a castigar públicamente al rey Herodes por divorciarse de su esposa e ilegalmente tomar a Herodías, mujer de su hermano. Los Diez Mandamientos de Dios simplemente no lo permitían.
Herodes no quiso escuchar lo que él sabía que era la verdad, pero peor aún, su nueva esposa ilícita y su hija, tal vez comparables a las feministas radicales de hoy, querían la cabeza del Bautista por su atrevimiento al incomodarlos – y lo consiguieron.
Por lo tanto, estamos andando sobre las sensibilidades que causan reacciones feroces de aquellos que han invertido mucho en un relajamiento de más de 2.000 años de enseñanzas morales de la Iglesia católica.
Esos absolutos morales han sido nada menos que las enseñanzas todos los tiempos de Jesucristo – de Dios -.
La Iglesia católica se entiende que es el último bastión y el más influyente en el mundo que todavía se interpone al nuevo orden mundial en él ya no se puede permitir que las enseñanzas supuestamente anticuadas sean tan absolutas, si acaso enseñadas.
Como vemos ahora en tantas historias en LifeSite, hay muchas cosas que el mundo insiste en que ya no tenemos ningún derecho incluso a comentar. Esto se debe a que molestan a ciertas personas. Y eso ahora se considera como un delito castigable por acoso de odio, despedidas de trabajos, grandes multas e incluso cargos criminales. La verdad ya no se considera una defensa.
Se dice que el mundo ha cambiado drásticamente y la historia y la ley natural ya no se aplican. Todo el mundo tiene que moverse rápidamente y asimilar al mundo moderno – control de la población, la agenda del cambio climático, la revolución sexual y una remodelación completa de los sistemas económicos del mundo para facilitar las transferencias forzadas de la riqueza. Las personas ya no son supuestamente capaces de adherirse a la exigente, anticuada y tradicional religión católica.
Cuando recibimos una copia de la «la alegría del amor», una lectura rápida manifestó, por supuesto, muchas afirmaciones loables, fuertes e inspiradoras de las enseñanzas católicas, pero también reveló más de unas pocas declaraciones claramente problemáticas – bombas de tiempo, que sin duda serán explotadas por aquellos que han estado esperando este tipo de oportunidades.
Habiendo observado ahora las reacciones y los resultados de muchos artículos similares del papa Francisco, se ha convertido casi en una segunda naturaleza entender cómo ciertas declaraciones ambiguas, imprecisas, incompletas o extrañamente redactadas evolucionarán en el mundo real.
El énfasis principal del análisis de reporteros verdaderamente honestos y fieles se ha convertido en: ¿qué harán realmente con ellos los que leen o escuchan estas declaraciones y documentos? ¿Cuál será el foco principal de las reacciones y los efectos reales en el mundo?
Ese es el esfuerzo más importante que debe llevarse a cabo, en nuestra opinión, en relación con cualquiera de estos documentos y declaraciones del papa Francisco. Es decir, el contenido global es menos importante que el impacto real en la fe, en la cultura, en el mundo, lo que podría resultar de sólo pequeñas partes del contenido o de una o dos frases en un diálogo.
En el tercer año del pontificado del papa Francisco, estos resultados han llegado a ser bastante fáciles de predecir, ya que se han producido repetidamente los mismos patrones.
Las declaraciones ambiguas, las declaraciones que no contradicen la enseñanza católica, pero que también les hace falta las necesarias y duras enseñanzas relacionadas y aclaraciones esenciales a las preguntas que seguramente se harán – esas son las que siempre reciben la mayor atención. «¿Quién soy yo para juzgar?»
Se interpretan como que finalmente abrió las puertas siempre cerradas con anterioridad. Ellas generan más reacciones y se citan en todo el mundo por los medios de comunicación, por los católicos progresistas, y por un sorprendente número de no católicos, para justificar los comportamientos y cambios que contradicen totalmente la completamente explicada, enseñanza católica relacionada.
Ver el fascinante collage de muchos titulares de noticias sobre la Primera de Pedro 5 que proporciona evidencia de la pronosticada respuesta inevitable a «la alegría del amor».
Al mismo tiempo, muchos fieles católicos están decididos a ver solamente las declaraciones ortodoxas predominantes. Ellos anuncian severamente que consideran cualquier crítica una falta de respeto y malévolamente menosprecian el impacto supuestamente mayormente positivo de estas enseñanzas ortodoxas audazmente indicadas por el papa Francisco.
Para ellos, las fuertes declaraciones ortodoxas del papa Francisco deberían causar a cualquier crítico o escéptico aceptar que todo lo demás en la declaración o documento debe interpretarse de manera positiva, con la suposición de que el papa Francisco sólo podía haber tenido la intención de este o aquel punto ortodoxo. Todo lo demás es especulación sensacional, difamatoria e impropia de un católico.
Por lo tanto, para nosotros a veces parece ser un perder-perder, como le parecía a San Juan Bautista.
Aún así, vamos a seguir informando lo que nuestros fieles lectores esperan que informemos – la verdad, especialmente la verdad que la mayoría de otros preferirían ignorar o tal vez simplemente no ven.
Vamos a seguir siendo periodistas de confianza, siempre respetuosos sobre estos acontecimientos polémicos – por el amor de la verdad y el amor de Dios.
[Traducción Rocío Salas. Artículo original]