[Traducido de la revista Tradición Familia Propiedad, Roma, año 10, n. 3, pp. 27-29]
El 29 de octubre de 1992, el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira concedió una entrevista al
canal de televisión brasileña SBT sobre el problema de las llamadas “uniones
homosexuales”, entonces en discusión en el Congreso. A continuación presentamos
algunas partes.
SBT: ¿Cuál es su opinión respecto al aumento de la homosexualidad en la sociedad
brasileña? ¿Usted cree que el fenómeno daña a la integridad de la familia?
Plinio Corrêa de Oliveira: Las consecuencias de la homosexualidad en la familia son
devastadoras. Estéril por definición, la relación homosexual es destructiva de la familia,
es la antítesis de la familia, es el principal enemigo de la familia.
Creo que, de suyo, la esterilidad en las relaciones sexuales es algo malo. A veces puede
no ser culpa de los cónyuges, porque puede resultar de las condiciones físicas en virtud
de las cuales los cónyuges no son mínimamente responsables. Pero incluso si uno de los
cónyuges decidiera conscientemente evitar la fecundación, entonces estaríamos en
presencia de un ataque a la familia. Así, pues, usted puede deducir qué pienso de las
relaciones homosexuales, estériles por definición.
Según el orden natural, el acto sexual está orientado a la fecundidad y por lo tanto a la
multiplicación del género humano. El precepto de Dios al comienzo de la Creación ha
sido claro: “Sed fecundos, multiplicaos y poblad la tierra”. Las relaciones sexuales, por
lo demás, solo legítimas en el matrimonio, deben ser fecundas. No habiendo matrimonio
ni fecundidad en las uniones homosexuales, éstas son en consecuencia totalmente
contrarias al orden natural y, por lo tanto, a la familia.
SBT: ¿Qué piensa de la ostentación de la homosexualidad en la televisión y en el
cine? ¿Usted cree que incide negativamente en la formación de los niños?
Plinio Corrêa de Oliveira: Durante muchos siglos la homosexualidad fue considerada
con aversión. Esto no era fruto ni de un capricho ni de una moda. De hecho era una
consecuencia de los mismos principios del orden natural que acabo de explicar,
aceptados después por la doctrina de la Iglesia Católica.
En los tiempos en los cuales la Fe impregnaba profundamente con la suavidad y el
esplendor de sus principios toda la vida social, y por lo tanto también la vida familiar,
las personas naturalmente rechazaban aquello que era contrario a la Fe, incluida la
homosexualidad.
Para medir la profundidad de este rechazo, debemos tener en cuenta que, según la
Doctrina Católica, la práctica homosexual está entre los pocos pecados que “claman
venganza al Cielo”. El otro día, ordenando viejos documentos en mi casa, me cayó entre
las manos el Catecismo que usaba de niño. Hojeándolo encontré el listado de los
pecados que “claman venganza al Cielo”. Estaba la homosexualidad junto con el
homicidio. En otras palabras, la homosexualidad debería provocar un rechazo análogo
al suscitado por el homicidio.
Este rechazo es también una reacción normal de la sociedad contra aquello que siente
como una amenaza. Todo ser vivo rechaza aquello que lo destruye. En una reacción
comparable al instinto de conservación, las sociedades humanas modeladas según los
principios católicos son profunda y manifiestamente anti-homosexuales.
Desafortunadamente, por causa de la creciente paganización de las costumbres y de las
ideas a lo largo del siglo XX, la influencia de la Fe ha perdido gradualmente mucho de
su vigor y su significado. En consecuencia, también fue perdiendo el rechazo a la
homosexualidad.
Hace veinte o treinta años, esta ostentación de la homosexualidad en la televisión y en el
cine habría suscitado una ola de indignación. De hecho, ni siquiera sería permitida.
Como brasileño no puedo no deplorar la creciente aceptación de esta costumbre
profundamente antisocial.
SBT: ¿Usted cree que la difusión de la homosexualidad perjudica el crecimiento
demográfico que Usted considera tan importante para nuestro país?
Plinio Corrêa de Oliveira: ¿Cómo podría pensar de otro modo? En las uniones
homosexuales falta la fecundidad del matrimonio legítimo. La homosexualidad aleja a
las personas de las relaciones normales y fructíferas.
SBT: ¿Usted cree que la homosexualidad tiene una mala influencia en la educación de
los niños?
Plinio Corrêa de Oliveira: No pocas veces la homosexualidad va pari passu con la
pedofilia, es decir, las relaciones sexuales entre adultos y niños. La pedofilia es una
peste y es comprensible que universalmente sea prohibida.
SBT: ¿Las TFPs aceptan miembros homosexuales?
Plinio Corrêa de Oliveira: No, porque las TFP son asociaciones de inspiración
católica. Las TFPs no son asociaciones católicas en el sentido canónico. No fueron
fundadas por la Jerarquía, sino por laicos. De acuerdo con el Derecho Canónico, las
TFPs son asociaciones privadas, aunque obviamente de inspiración católica, apostólica,
romana incluso en los mínimos detalles.
Considerando todo cuando ha sido dicho sobre la doctrina católica respecto a la
homosexualidad, usted comprenderá que si nosotros aceptáramos personas que
practican un acto tan opuesto a la moral, nuestra libertad religiosa sería gravemente
infringida.
SBT: ¿Usted cree que los homosexuales hoy son más aceptados por la sociedad?
Plinio Corrêa de Oliveira: No es un juego de palabras, pero yo creo que son menos
rechazados.
SBT: ¿Y esto es peligroso?
Plinio Corrêa de Oliveira: Sí, porque representa la desaparición de la censura social de
una costumbre contraria al orden natural.
SBT: ¿Qué piensa de la unión sexual entre un hombre y una mujer estéril? ¿Sería
incluso condenable?
Plinio Corrêa de Oliveira: No necesariamente. Sería condenable si la pareja hiciera
cualquier cosa para hacerla estéril. Por ejemplo, una intervención quirúrgica que hiciera
incapaz de concebir a la mujer. Es reprobable porque provoca artificialmente la
esterilidad del acto.
El caso es totalmente diferente cuando la esterilidad no es inducida. Si una pareja
descubre que sus relaciones no producen frutos, no existe ninguna violación de la ley
natural porque la fecundidad no había sido conscientemente impedida. Los cónyuges
practican un acto de suyo fecundo, que es estéril por causa de circunstancias naturales
fuera de su control. Tienen por tanto todo el derecho de continuar sus relaciones, no
obstante su esterilidad.
Repito, lo que es inadmisible es la inducción artificial de la esterilidad.
SBT: ¿Si tuviese que dar un consejo a un joven homosexual, que practica la
homosexualidad, qué le diría?
Plinio Corrêa de Oliveira: Debemos distinguir entre un joven con tendencias
homosexuales pero que resiste y por lo tanto es capaz de controlarse y un joven que, en
cambio, cede y practica la homosexualidad.
Al primero yo le diría que lo respeto y lo admiro, que rezo a Dios para que continúe
ayudándolo a mantenerse puro, evitando toda práctica sexual reprobable. Le aconsejaría
también que se casara. Si mantuviera esta línea de conducta, no tendría para él sino
elogios.
Al segundo le diría que veo en él una criatura de Dios y que quiero su bien, incluida su
salvación. Debo tratarlo con dignidad y respeto. Yo le diría: Amigo mío, entiendo que
para una persona que ya ha abandonado la práctica de la pureza y se dejó arrastrar a
estos pecados, cambiar le sea difícil y por lo tanto heroico. Pero la experiencia
demuestra que es posible salir dando determinados pasos. Aléjate de las personas y de
los ambientes que te llevan a pecar. Trata de evitar mirar estos actos pecaminosos y
también de pensar en ellos. Si lo logras, habrás ganado una gran batalla, digna de todo
aplauso. Yo te ruego que comiences inmediatamente el combate. Si en cambio eliges no
emprender este grande y noble esfuerzo, si eliges continuar gozando los placeres
ilegítimos de tus tendencias desordenadas, entonces no puedo sino lamentarlo y
continuar rezando pidiendo a Dios que tenga misericordia de ti, esperando que un día Él
te toque con la gracia y te libere del pecado.
L’articolo A propósito de las “uniones civiles” entre homosexuales proviene da Correspondencia romana | agencia de información.