En la apertura de la escuela de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (Anolaima, Colombia), el padre Alfaro la calificó como “un milagro en los Andes”; y tenía toda la razón. Los niños que asisten a la escuela dirigida por la FSSP, iniciaron el nuevo año académico en una nueva y moderna estructura que se levanta desde la selva, en la ladera de una montaña, en lo alto de los Andes. Ahora, todas las clases están bajo el mismo techo; un logro importante para un pobre pueblo de campesinos.
El pasado curso escolar las clases se celebraban al aire libre, en “aulas” de techo de paja repartidas por toda la finca de la FSSP. La propiedad contiene ahora, además de la nueva escuela, una capilla, oficinas, almacenes, estanques de peces, árboles frutales y arbustos de café. La FSSP es la orgullosa propietaria de varias vacas lecheras, conejos, gallinas, cabras y cerdos. Los estudiantes aprenden así agricultura trabajando en las instalaciones. El producto de la granja se vende para ayudar a pagar los gastos del apostolado.
Actualmente, la Escuela Santo Domingo Sabio tiene 146 estudiantes, desde jardín de infancia hasta sexto grado; el próximo curso añadirá séptimo grado y así cada curso hasta llegar al undécimo, último grado de la escuela secundaria en Colombia. Se espera que, el año que viene, contará con 170 estudiantes.
En este momento hay quince profesores y siete empleados, incluidos los sacerdotes. La matrícula es de 40.000$ al mes; sin embargo, sólo el 40% de los alumnos pueden pagar esta cantidad ya que, una familia típica, vive con 200-300$ al mes; muchos estudiantes tienen que caminar hasta dos horas para llegar a la escuela.
Las clases son de 7:30 de la mañana a 3:15 de la tarde. Además de los temas habituales, la escuela enseña música, danza, arte, costura y agricultura. Lo más destacado de cada día es el juego de fútbol a la hora del almuerzo.
El padre Ángel Alfaro, que este año está dando clases al quinto grado debido a la falta de un maestro, es un sacerdote español que inició el apostolado en 2.005; ahora le ayuda el padre Elvis Rius-Silva, natural de Bogotá y conocedor de la FSSP desde niño; tras ser ordenado sacerdote en Europa, el padre Rius-Silva ha sido asignado al apostolado, como capellán de la escuela, desde hace poco más de un mes.
La nueva escuela todavía no está completa. De sus tres pisos, la planta superior aún está no está terminada, siendo inutilizable. Además, no hay electricidad y los niños pasan mucho frío, ya que la mitad de las ventanas todavía no tienen cristales, instalación para la que la FSSP necesita 1.500$.
Otro proyecto que el padre Alfaro quisiera tener terminado el próximo curso, es la construcción de un comedor. Actualmente, los niños traen el almuerzo desde casa que, por lo general, consiste en un plato de arroz, plátanos fritos y una patata o yuca hervida. Debido a la pobreza del país, el comedor que quiere el padre proporcionaría a los niños una comida caliente y nutritiva cada día. Para este proyecto se necesitan 25.000$.
En un futuro, se quiere convertir el antiguo edificio de oficinas en un hogar de niñas, para que pudieran permanecer allí de lunes a viernes para asistir a la escuela y volver a casa los fines de semana. La vida de las niñas es aún más difícil, si cabe: a las agotadoras distancias de su casa a la escuela, se unen los peligros de ataques y abusos, por lo que la casa protegería su dignidad como mujeres, corazón y futuro de la sociedad.
Los sacerdotes enseñan el Catecismo, dicen misa y proporcionan los sacramentos a estudiantes, profesores y los trabajadores y sus familias. En la capilla cantan la misa dominical y confiesan varias veces a la semana. La rectoría se encuentra en el pueblo La Florida, sito a unos 30 minutos de la escuela, ya en las montañas. Allí los sacerdotes dicen misas privadas y recitan el oficio divino. Para el transporte, cuentan con una camioneta y una motocicleta…, que no siempre funcionan.
¿Cómo se puede ayudar? Hay varias formas, haciéndose voluntario o mediante donativos y colaboraciones.
La FSSP necesita voluntarios para ayudar en la escuela y están especialmente interesados en norteamericanos para enseñar el inglés. Los candidatos han de ser muy adaptables en América del Sur ya que, además de enseñar, deberán hacer otros trabajos apostólicos.
El voluntariado se desarrolla entre el 15 de enero y el 15 de junio o desde el 1 de junio al 1 de diciembre de 2.016. El voluntario ha de costearse el transporte a Bogotá y disponer de alrededor de 300$ para sus gastos personales; la FSSP costea el alojamiento y la comida.
Se aconseja tener conocimientos básicos de español para facilitar la aclimatación los primeros días. Es una tarea y unas condiciones de vida difíciles, de hecho, la vida en general es difícil en Sudamérica. Por eso, el padre prefiere voluntarios que tengan alrededor o más de 23 años. Si deseas ser voluntario puedes ponerte en contacto con el padre Alfaro: [email protected].
La segunda manera de ayudar es donar dinero para el apostolado, para lo que se disponen de dos canales: enviando un cheque por correo o con tarjeta de crédito a través de la web de la FSSP. En cualquiera de las dos modalidades, se ha de indicar como destinatario: MISIÓN DE COLOMBIA.
Envío de cheques:
Fraternidad Sacerdotal de San Pedro
Sede del Distrito de América del Norte
119 Griffin Road
Elmhurst Township, PA 18444
Para donar a través de tarjeta de crédito visite la web: http://www .fssp.org/es/missions.htm
Hon J.D. Raskick
(J.D. Rasnick es juez y presidente de Una Voce para el Estado de Georgia)
[Traducido por Mariana Perotti Artículo original]