Es indudable. Por esto han montado este circo tan caro.
Hoy, uno de los principales artífices del sínodo germano-austriaco sobre la región amazónica, Erwin Krautler, que fue obispo en la zona durante muchos años (años en los que la mayoría de la población, hastiada de una Iglesia politizada, se pasó a las iglesias evangélicas), declaró en la conferencia de prensa posterior a la sesión que no hay otra opción para la Amazonía que ordenar a hombres casados, porque la soltería es un concepto inconcebible entre las comunidades indígenas. Según el periodista liberal Christopher Lamb, Krautler declaró: «En muchas ocasiones, iba a un poblado indígena y me preguntaban dónde estaba mi mujer».
El celibato sacerdotal es un concepto que confundía y sigue confundiendo a la mayoría de la gente en el ámbito judaico, y también en el mundo de cultura grecorromana.
Krautler explicó además que hay una mayoría de más de los dos tercios que sumaría los votos necesarios para recomendar el cambio. Lo cual está claro, ya que a los participantes en el Sínodo se los seleccionó rigurosamente a fin de obtener los resultados deseados por Francisco y sus compinches.
Lógicamente, en la mentalidad liberal austriaca de Krautler eso quiere decir que también debería haber prelados y pontífices casados.
(Artículo original. Traducido por Bruno de la Inmaculada)