Dios está en todas partes, pero nosotros no lo vemos en todas partes, por eso es necesario para nuestras almas que se nos acompañe con gestos, ornamentos, música y arte sagrado, para ayudarnos a comprender el misterio de lo sagrado, especialmente en la Santa Misa, y que nuestras débiles almas no son capaces de ver. El cutrismo litúrgico, trasladado a toda la estructura eclesial bajo el pretexto de hacer una iglesia más pobre y de los pobres, solo esconde ideología pura y dura en la que los pobres es lo de menos y lo de más imponer instrumentalizando a los pobres la ideología modernista. Como bien dice el padre Santiago «los que más suelen tener a los pobres en la boca son luego los que menos hacen por ellos».
Esto lo entendió muy bien el santo cura de Ars, patrón universal de los sacerdotes, quien se sometía voluntariamente a una pobreza extrema dando incluso sus zapatos a los pobres y teniendo que pedir a los vecinos una patata para malalimentarse, pero sin embargo queriendo tener siempre «lo mejor» para el culto y la Iglesia.
En esta homilia el padre Santiago González nos enseña sobre esta manipulación e instrumentalización haciendo un alegato sobre el verdadero amor a los pobres bajo la correcta comprensión del Jesús encarnado, verdadero Dios y verdadero hombre.
Fray Guzmán