Cuando le sugerí al padre Santiago que pusiera en su blog sus sermones para que a los fieles pudieran serles de utilidad espiritual, máxima teniendo en cuenta la terrible horizontalidad general que hay hoy en día en la gran mayoría de prédicas, me ofrecí a hacerles una pequeña introducción.
En este breve sermón, apenas llega a los 10 minutos, el padre Santiago González aprovecha cada segundo para hacer una exposición en la que se podían decir cosas diferentes, pero dudo que mejor dichas y con tan pocas palabras. LA ALEGRÍA, esa palabra usada con tanta frecuencia como ariete para desvirtuar la vida moral, sacramental y litúrgica de la Iglesia católica, es descrita perfectamente aclarándonos que la verdadera alegría cristiana no es la alegría mundana, sino la alegría por la satisfacción interior del amor de Dios hacia nosotros, alegría que debe plasmarse en una vida abierta a la Gracia mediante los sacramentos, la humildad y el sacrificio, alegría que no sólo se compatibiliza, sino que necesariamente debe complementarse con la penitencia al punto que nos debe llevar a la «alegría de la penitencia». El cristiano no pude vivir en una pascua SIN cuaresma, cuyo espíritu desvirtuar la liturgia quitándole su aspecto central sacrificial para reducirla a una única celebración «alegre» pascual.
Escuchemos y meditemos.
Fray Guzmán