De profundo contenido espiritual, este sermón parte de la realidad presente desde la diabólica extensión del modernismo dentro de la catolicidad. Desde esa partida, el sermón es una exhortación a todos los católicos para que vivamos la fe desde la caridad que empieza en amar a Dios sobre todas las cosas y que incluye la valentía en el testimonio público de esa fe. La devoción a la Virgen María, triunfadora absoluta ante Satanás, es imprescindible en nuestra vocación cristiana a tal efecto y manera como bien expresa el Padre Romanoski: «para el diablo es humillante que una criatura de humana naturaleza le aplaste la cabeza». Escuchemos con atención el sermón