Entrevista a Abad de monasterio que se cambio a la Misa Tradicional:
En el 2001, el único Monasterio Trapense en Alemania, la Abadía de Mariawald, se convirtió en el primero (y hasta el momento, el único) Monasterio Trapense en retornar completamente a los libros litúrgicos pre-conciliares después de la reforma litúrgica de 1960. Fué una de las pocas casas monásticas en el mundo en hacer uso de lo que establece el Art. 3 del motu propio Summorum Pontificum (que permite que casas religiosas enteras se conviertan en tradicionales exclusivamente), y esto solamente después de la intervención del Papa Benedicto XVI según fue repetidamente reportado entonces.
Hace un par de años, el Padre Abad Don Josef Vollberg, concedió una admirable entrevista al periódico Católico Alemán Tagespost, la cual nunca había sido traducida. La traducción de Rorate a continuación:
Die Tagespost
Mayo 23, 2013
Reverendo Padre Abad, hace cuatro años, Usted cambio su Abadía a la Forma Extraordinaria. ¿Como cambió la vida de su monasterio con esto?
Pudimos celebrar la primera Misa Solemne en el Rito Romano clásico aquí en Mariawald en enero del 2009. Y un mes después, empezamos a celebrar Misas Conventuales en la forma Extraordinaria. Al principio, no todos los hermanos recibieron con agrado este cambio. Pero desde entonces a la fecha, la situación ha mejorado. Por supuesto, que como Sacerdote, uno tiene que aprender a celebrar el Rito, el cual es demandante y nada fácil. Además, hay que refamiliarizarse con el latín. Poco a poco, hemos ido completando el cambio. El Segundo paso fue cantar el oficio de las terceras en la forma tradicional, los Domingos antes de la Santa Misa. De esta manera pudimos establecer unidad litúrgica. Y, gradualmente fuimos cambiando también el rezo de las Horas Menores, Sexta, Nona y Completas. Un poco después hicimos lo mismo con las Vísperas y los Laudes, Y por último, desde 2009 a 2010 lo hicimos con las Vigilias. Esto significó entregarnos totalmente a esta Liturgia, en su carácter teocéntrico mas intenso, que se acomoda de una manera especial a nuestra vocación contemplativa.
¿Que tipo de desarrollo espiritual ha notado desde entonces? ¿Cual ha sido en su comunidad el efecto de este cambio a la Forma Extraordinaria?
No debemos subestimar el enriquecimiento espiritual que ha llegado junto con la búsqueda y el redescubrimiento de las Fuentes. Importantes carácteristicas de la tradición eclesiástica pueden nuevamente jugar un rol mas significativo. Nuestra vocación monástica, recibe su carácter de la Regla de San Benito, la cual hemos hecho voto de observar. La Regla de San Benito y la Liturgia en Latín en su Forma Antigua, constituyen una simbiosis, dentro de la cual la una apoya el entendimiento y el significado de la otra. De la misma manera en que se ofrece el Santo Sacrificio diariamente, igualmente se lee una porción de la santa Regla cada día, y usualmente es a mí al que le toca interpretarla. Indudablemente hay mucho de cierto en el viejo adagio “Mantén la Regla y la Regla te mantendrá a tí”. Debe agregarse, y con verdad que nadie puede sobrevivir sin el Santo Sacrificio de la Misa. La Forma tradicional en la que celebramos la misa ahora, parece encajar en nuestra orden en un grado extraordinario. Y también, el despertar la sabiduría de siglos parece ayudar al Sacerdote a convertirse más en Sacerdote y al monje más en monje. No hay duda que esta reforma ha cambiado a algunos de nosotros, y Mariawald ha cambiado. Pero el evaluar la escala de este cambio, seria pedirnos demasiado. Debemos dejar todo eso a Dios y a su Santísima Madre, a quienes este lugar está dedicado.
¿Han aumentado las vocaciones después de los cambios, que fue, después de todo para lo que se hicieron?
Yo diría que ese no fue el objetivo de la reforma. No se debería usar lo Sagrado de esa manera. En primer lugar, fue una cuestión sobre Dios y el honor que se le merece. Por supuesto que un monasterio debe ponerle mucha atención a las vocaciones, pero estas no son su principal meta. Y, si, esperábamos que un reforzamiento de los ideales Católicos y monásticos llevados a cabo con la Reforma, podría resultar en una renovada atracción de vocaciones. Y es cierto, que han entrado más hombres desde entonces. Sin embargo, el que alguien ame la Forma Extraordinaria no es suficiente para que sea admitido. Así como tampoco es suficiente un amor por las peculiaridades de nuestro Rito Cisterciense con sus pequeñas variaciones litúrgicas en el calendario, con sus algunas veces ligeramente modificados formularios de la Misa. Para empezar, un hombre debe tener el llamado a ser monje. De aquí la importancia de ser muy cuidadosos en la elección de los aplicantes. Uno necesita llegar a conocerlos muy bien. Así, que antes del postulantado, está el periodo probatorio de por lo menos cuatro semanas. Esta fase de mutuo conocerse en muy importante para tomar la decisión correcta a la hora de admitir candidatos. Son muchos los que han demostrado interés en nuestro monasterio. Desde el 2009, hemos oído de más de 40. El 2012, fue un buen año, tuvimos un Profesión Solemne, un evento poco usual. También tuvimos la Vestidura de un novicio. Así que hasta el momento, las cosas van bien. La vida de un monje presenta retos excepcionales, ya que no hay monje si no hay sacrificio, el simple hecho de tener que levantarse a la mitad de la noche no es fácil, ya que también el monje es humano. Es cierto, su compromiso es especial. Permítame aclarar esto un poco más. Existen otras profesiones, cuyos deberes incluyen turnos de noche, ya sea en los rieles del tren, en una panadería, o en un hospital. Como monjes, no tenemos que hacer un trabajo específico que brinde ayuda concreta a otros, y aun así nos queremos levantar a las 2:30 de la mañana. Para esto nos basamos en Cristo, quien rezaba de noche. También pienso en San Pablo, que rezaba de noche en la prisión, y en los primeros monjes quienes deliberadamente lo hacían de noche, justo cuando el día estaba todavía totalmente fresco y sin cargas. Y en cientos y cientos que han seguido sus ejemplos desde entonces. “Dios primero”, es por lo que literalmente luchamos en la vida. San Benito dice que nada debe de estar antes que la adoración a Dios, y es por esto que empezamos nuestra oración a las 3 de la mañana, a nombre de muchas personas en la Iglesia, y en el mundo, como para atravesar la oscuridad que muy a menudo nos rodea. Y para absorber algo de la luz de Dios que brilla en la oscuridad.
¿Cómo reaccionaron los fieles que asisten a sus Misas?
Sus reacciones variaron grandemente. Afortunadamente, hubo muy pocas protestas. De entre nuestros fieles regulares, aparte de los que se quedaron, hubo algunos que decidieron ir a otra parte. Y también, hubo varios que vinieron por primera vez. Desde la Reforma, y esto ha sido muy notorio, los jóvenes continúan viniendo, lo cual nunca había sucedido. Y de vez en cuando, se establece una relación duradera después de una visita casual. Podría ser que a través de la forma clásica de la Liturgia, se ofrece al mundo moderno algo de lo cual carece, este mundo tan lleno de tecnología, cálculos, finanzas y placer. Y son precisamente los jóvenes quienes descubren en nuestra Liturgia una manera discreta de encontrar paz y oración. Aquí nadie es forzado a unirse a un dialogo organizado y constante. Uno se puede sentar calladamente y adentrarse en lo que está sucediendo, puede seguirlo y agregar sus propias intenciones. La Divina Liturgia ofrece un espacio, que afortunadamente no está bajo nuestro dominio. Si, en verdad, Dios viene a nosotros si nos abandonamos en la Liturgia, si nos ofrecemos a Él, presente aquí en el centro de las cosas. Me alegra decir que hemos recibido numerosas cartas y correos electrónicos muy positivos. Sin embargo, algunos fueron muy negativos, con mucho odio, dándole voz a las más grandes incomprensiones. El rechazo a la Forma Extraordinaria a menudo se asocia con rechazo al Santo Padre, él mismo que lo ha autorizado y promovido con generosidad paterna. Uno puede sentir la prescencia de una sutil incomprensión e incluso estupidez rodeando al monasterio. Y ya que el Papa mismo aprobó nuestra empresa, espero que la Reforma tenga la bendición de Dios, ya que, al fin de cuentas, es para rendirle honor a Él y también para salvar almas, un aspecto frecuentemente olvidado hoy en día. Creemos en Dios, creemos en la vida eterna, que El nos tiene preparada para los que lo amamos. En el Credo durante la Santa Misa profesamos nuestra Fe en la vida eterna. Nuestra vida terrena debería conducirnos hacia esa eternidad. Y la Reforma de Mariawald nos debería ayudar a alcanzar esa meta.
¿Están en contacto con otras comunidades alrededor del mundo?
Bueno, en realidad, muy poco. Nuestro problema es que somos muy pocos, y a menudo es difícil para nosotros mantenernos en contacto con otros monasterios. Hay solamente diez de nosotros, de los cuales varios ya son ancianos. Y, yo como Abad, estoy muy ocupado por los deberes de la casa. Ha habido mas estrechos contactos con algunos monasterios Benedictinos Tradicionales en Francia, como Le Barroux y Fontgombault, o con otros, o con Vyssi Brod en la Republica Checa. Y muy a menudo con los Sacerdotes de la Fraternidad de San Pedro, que labroan “en el mundo” y quienes están muy cercanos a nosotros a través de a Misa. Sin embargo, el trabajo en un monasterio contemplativo es a menudo muy diferente. Por supuesto algunas veces debemos dejar nuestro pequeño mundo para atender ciertos asuntos importantes. Pero usualmente, el trabajo dentro de la casa es tan demandante que nuestra vida esta mas que llena.
¿Volvería a recorrer el camino de la Reforma otra vez?
Sin duda alguna lo haría, aun cuando sé que no es un camino fácil en el que solo hagas amigos. Algunos ven la Reforma como un ataque hacia sus territorios personales, de hecho, como un ataque a sus supuestos derechos soberanos de interpretación. Ellos consideran que el Papa puede equivocarse, pero no ellos. Pero nosotros creemos que la Reforma es importante. Es una cuestión de valores importantes que se han perdido en muchos lugares y que están en peligro de perderse en la vida monástica también. Que de hecho, se han perdido también ahí. ¡Por supuesto uno no puede copiar totalmente los tiempos pasados, pero uno debe tratar de recuperar los tesoros preciosos, uno de los cuales es la Liturgia, con su claro enfoque en Dios, tan importante en la vida contemplativa!. Mucha gente no se da cuenta que es una cuestión de la plenitud de la Fe, donde no hay pie a elegir. La Fe debe ser respetada y apreciada en su totalidad. Hay muchos tópicos a discutir en la Iglesia Católica, pero algo de gran urgencia es la catequesis básica, que abarca el Credo y todo lo que constituye nuestra Fe. Negamos lo que le pertenece desde el principio, y por lo tanto lo que le pertenece hoy, lo que le pertenecerá en el futuro. EL renacer de la Tradición puede ponerle fin a esta amenaza, puede ganar aceptación de la Fe en su totalidad. En todo esto me anima lo que descubro en la Escrituras: es un asunto de nada más y nada menos que de la Verdad, de la Realidad, las cuales no dependen de la opinión de la mayoría. Me recuerda a Moisés, él a menudo estaba en situaciones desesperadas, de hecho, lo quisieron apedrear. Otras veces me recuerda a algún profeta del antiguo Israel, quien era tratado de forma similar. Considerar sus firmezas le da a uno consuelo y confianza. La Verdad no la tiene fácil, pero viene de Dios, de hecho Dios mismo es Verdad, no en el abstracto, sino en la forma altamente concreta de Cristo mismo. Déjeme decirlo otra vez: la Verdad no depende de la opinión de la mayoría, Y vemos esto en Cristo mismo, en Nuestro Señor. El mismo no era movido por la opinión de la mayoría. Así que nos encontramos en la mejor compañía! Y por lo tanto, sí, lo volvería a hacer todo nuevamente.
[Traducido por Rocio Murra. Artículo original]