Lo que me ha hecho quedar mal no son las falsedades (a sus ojos) que haya podido decir, sino haber dicho una serie de cosas que a ellos no les gusta que se digan. Haber abordado problemas sin alinearme en la única dirección que ellos pretenden imponer al comportamiento de toda la Cristiandad y que consiste en esto: no pensar, no decir nada, a no ser lo siguiente: Hay un Papa que lo piensa todo, que lo dice todo y obedecerle es lo que le constituye a uno como católico. Su pretensión sería ser absolutamente los únicos, y que, salvo un exiguo sector libre en materias de poca relevancia, lo único que se haga sea repetir y orquestar totalmente sus “oráculos”, exclamando: ¡Realmente es genial!
(…) El papa actual, sobre todo desde 1950, ha desarrollado, hasta la manía, un régimen paternalista consistente en que él, y sólo él, dice al mundo y a cada uno lo que hay que pensar y cómo hay que actuar. Pretende reducir a los teólogos a comentaristas de sus discursos, sin que, sobre todo, puedan tener la veleidad de pensar algo, de tener cualquier iniciativa fuera de los límites de ese comentario. Congar, Y.: Diario de un teólogo (1946-1956). Ed. Trotta, p. 472.
Esto escribía el aclamado teólogo Congar, alabado por Francisco en su discurso de inauguración del Sínodo. Claro que esto lo decía de la Iglesia de Pío XII.
¿Se podrían aplicar estas palabras al Pontificado de Francisco? Parece que sí.
Hoy día, sólo se permite decir que Francisco es un genio, sólo se permite hablar sobre lo que ha escrito Francisco, sólo hay que comentar las encíclicas de Francisco. Todo el que quiera subir puestos, ganar prebendas, ser cardenal, o que le tapen los más sucios asuntos sexuales… ya sabe lo que tiene que hacer. A Congar le premió San Juan XXIII llamándolo como perito experto al Concilio, y después San Juan Pablo II nombrándolo cardenal. Estas cosas las pudo decir Congar de Pío XII (que no tiene derecho a la canonización). El que hoy dijera tales cosas de Francisco, tiene un puesto asegurado en la lista de disidentes. Como en los tiempos de Congar, ¿no? Claro que ahora gobierna la Pachamama. Con Francisco, el abierto, misericordioso y sinodal, el que se mueva no sale en la foto.