Dice el cardenal Caffarra: Si incluso un cardenal les dice algo que no está de acuerdo con el catecismo, no lo escuchen

Si toda la doctrina de la Iglesia debe leerse a la luz de Amoris Laetitia, entonces todo Amoris Laetitia debe leerse a la luz de la doctrina de la Iglesia, dijo el cardenal Carlo Caffarra, arzobispo emérito de Bolonia y un ex miembro del Consejo Pontificio para la Familia, en una entrevista de amplio alcance.

Caffara se refirió a la confusión generalizada dentro de la Iglesia católica sobre la naturaleza del matrimonio y la respuesta apropiada que los laicos católicos deben tener sobre la confusión.

«A los fieles católicos que están confundidos acerca de la Doctrina de la Fe sobre el matrimonio, simplemente les digo: ‘Lean y mediten sobre el catecismo de la Iglesia católica os 1601-1666′ «, dijo Caffara. «Y cuando oigan que algunos hablan del matrimonio – aún cuando sean sacerdotes, obispos, cardenales – y, a continuación, comprueben que no está en conformidad con el catecismo, no los escuchen. Son ciegos guiando ciegos».

La parte del catecismo a la que hizo referencia enseña que el matrimonio es un pacto permanente del hombre y de la mujer que «es por su naturaleza ordenado al bien de los cónyuges y a la procreación y educación de la prole», y es un sacramento cuando se produce entre gente bautizada.

Caffara también se refirió a las ambigüedades en Amoris Laetitia, de las que dijo que parece que el papa Francisco por su propia admisión dio cuenta del potencial. Él le dijo al Dr. Maike Hickson en OnePeterFive que si tuviera la oportunidad de hablar con el papa Francisco sobre la ambigüedad de Amoris Laetitia, en particular su polémico capítulo 8, Caffara pediría una aclaración sobre si la enseñanza tradicional de la Iglesia de que ciertas acciones son siempre gravemente pecaminosas «aún se cree que sea cierta».

Caffara dijo:

En Amoris Laetitia [308] el Santo Padre Francisco escribe: «entiendo a aquellos que prefieren un cuidado pastoral más riguroso, que no deja lugar a confusión. «Infiero por estas palabras que Su Santidad se da cuenta de que las enseñanzas de la exhortación podrían dar lugar a confusión en la Iglesia. En lo personal, deseo – y así es como muchos de mis hermanos en Cristo también piensan (cardenales, obispos y los fieles laicos por igual) – que la confusión se debe quitar, pero no porque yo prefiera un cuidado pastoral más riguroso, sino, más bien, simplemente prefiero un cuidado pastoral más claro y menos ambiguo. Dicho esto – con el debido respeto, el afecto y la devoción, que siento la necesidad de nutrir hacia el Santo Padre – Yo le diría: «Su Santidad, por favor aclare estos puntos. a) ¿Cuánto de lo que Su Santidad ha dicho en la nota 351 párrafo 305 también es aplicable a las parejas divorciadas y vueltas a casar que aún desean de todos modos seguir viviendo como marido y mujer; y por consiguiente cuánto de lo que fue enseñado por Familiaris consortio Nº 84, por Reconciliatio Poenitentia Nº 34, por Sacramentum unitatis Nº 29, por el Catecismo de la Iglesia Católica Nº 1650, y por la doctrina teológica común, se ha de considerar ahora abrogado? b) La enseñanza constante de la Iglesia – como también ha sido recientemente reiterado en Veritatis splendor, n ° 79 – es que hay normas morales negativas que no permiten ninguna excepción, ya que prohíben los actos que son intrínsecamente inmorales y deshonestos – como por ejemplo, el adulterio. ¿Esta enseñanza tradicional todavía cree que sea cierta, incluso después de Amoris Laetitia?» Esto es lo que le diría al Santo Padre.

Si el Santo Padre, a su juicio supremo, tuviera la intención de intervenir públicamente con el fin de eliminar esta confusión, tiene a su disposición muchos medios diferentes para hacerlo.

El capítulo 8 – y, específicamente, la nota 351 – de Amoris Laetitia parece contradecir la enseñanza de larga data de la Iglesia de que los que cometen actos objetivamente pecaminosos, como la intimidad matrimonial en un segundo ilegítimo «matrimonio», no pueden recibir la santa comunión.

En respuesta a la reciente afirmación del cardenal Christoph Schönborn de que toda enseñanza previa de la Iglesia sobre la familia debe ser leída a través de Amoris Laetitia, dijo Caffara, «no solamente se debe leer el Magisterio anterior sobre el matrimonio a la luz de Amoris Laetitia (AL), sino también hay que leer Amoris Laetitia a la luz del Magisterio anterior. La lógica de la tradición viva de la Iglesia es bipolar: tiene dos direcciones, no una».

Caffara continuó:

En su entrevista [reciente] con Corriere della Sera, mi querido amigo el cardenal Schönborn no toma en cuenta lo que ha sucedido en la Iglesia desde la publicación de Amoris Laetitia. Obispos y muchos teólogos fieles a la Iglesia y al magisterio argumentan que, especialmente en un punto específico -pero muy importante-, no hay una continuidad, sino, más bien, una oposición entre AL y el magisterio anterior. Por otra parte, estos teólogos y filósofos no dicen esto con un espíritu degradante o rebelde hacia el mismo Santo Padre. Y el punto es de la siguiente manera: AL dice que, en algunas circunstancias, las relaciones sexuales entre los divorciados y vueltos a casar civilmente son moralmente legítimas. Más aún, dice que lo que el Concilio Vaticano II ha dicho acerca de los cónyuges – con respecto a la intimidad sexual – también se aplica a ellos (véase la nota 329). Por lo tanto: cuando se dice que una relación sexual fuera del matrimonio es legítima, es por lo tanto una afirmación contraria a la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad; y cuando se dice que el adulterio no es un acto intrínsecamente deshonesto – y que por lo tanto pueden haber circunstancias que hacen que no sea deshonesto – eso también es una afirmación en contra de la tradición y la doctrina de la Iglesia. En una situación como esta, el Santo Padre, en mi opinión – y como ya he escrito – por lo tanto tiene que aclarar el asunto. Porque, cuando digo que «S es P», y luego digo «S no es P», la segunda proposición no es un desarrollo de la primera proposición, más bien su negación. Cuando alguien dice: la doctrina se queda, pero es sólo sobre el cuidado de algunos pocos casos, respondo: la norma moral «no cometer adulterio» es una norma ABSOLUTAMENTE NEGATIVA que no permite ninguna excepción. Hay muchas maneras de hacer el bien, pero hay una sola manera de no hacer el mal: no hacer el mal.

Caffara instó a los católicos a recurrir a las palabras del papa Pío XII, que aborda en sus prolíficos escritos el matrimonio, la crianza de los niños, y la ética de situación. También hizo hincapié en el importante papel de la familia en la transmisión de la fe de generación en generación, ha lamentado «el reinado de hoy de nueva barbarie espiritual-antropológica», y explicó que el rechazo de la procreación en la intimidad sexual lleva a la conducta homosexual y la ideología de que los niños son un derecho y no un regalo.

«No veo ningún otro lugar fuera de la familia en el que la fe -que hay que creer y vivir- se pueda transmitir de manera suficiente», dijo Caffara. «Además, en Europa durante el colapso del Imperio Romano y durante las invasiones bárbaras posteriores, lo que los monasterios benedictinos entonces hicieron del mismo modo puede hacerse ahora por las familias de los que creen, en el reinado de hoy de una nueva barbarie espiritual-antropológica. Y gracias a Dios que [las familias fieles] existen y todavía se resisten».

La entrevista completa se puede leer aquí.

Claire Chretien

[Traducido por Rocío Salas. Artículo original.]

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