Las oraciones que llegan a Dios con mayor fuerza, además de las de personas consagradas y sacerdotes, son las de niños y enfermos. Y si se une que el niño está enfermo….la oración tiene una inmensa fuerza delante de Dios. Así lo ha reconocido hoy el Papa a un grupo de niños polacos enfermos de leucemia que han podido visitarle, con estas entrañables palabras:
Os doy mi cariñosa bienvenida y os saludo.
Gracias por esta visita. Gracias por la visita y por las oraciones que hacéis por la Iglesia.
¡Hacéis tanto bien a la Iglesia con vuestros sufrimientos, sufrimientos inexplicables!
Pero Dios conoce las cosas y también vuestras oraciones. Muchas gracias.
Será para mí un placer saludaros uno a unos.