Día litúrgico: Miércoles XXVII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 11,1-4): Sucedió que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación».
PALABRA DE DIOS
¡Padre!….¡Qué cercanía la de Dios con cada uno de nosotros!….si de verdad creemos que es Padre, «Abba» (papá en hebreo), ¿porqué tanto apuro en ir a confesar?, ¿porqué tanto temor en cambiar de vida para ser cristiano coherente?, ¿porqué tanto complejo en defender la Iglesia delante de cualquier ambiente?. Es Padre, NUESTRO Padre, y por eso no podemos vivir la fe de forma individualista. Es «Padre Nuestro», y de ahí nuestra inquietud permanente de ayudar a los demás a estar cerca de Él.