Cuando un muchacho entraba en el seminario, todavía niño o adolescente se puede decir, se habituaba inmediatamente a vestir un vestido totalmente igual al del sacerdote: ya el monaguillo se parecía a un pequeño sacerdote y, quizá, estando en casa jugaba a construir altarcitos y a celebrar la Santa Misa. Durante los años de gimnasio* se celebraba la sagrada vestición y la sotana se convertía en su vestido, que se quitaba sólo para ir a dormir.
“Induat te Dominus, novum hominem”. Ved al hombre nuevo, el hombre de Dios; se está formando todavía, pero es ya hombre el que lo será. Los seminaristas, en fila, salían ya con la sotana para ir a las ceremonias de la catedral. No se avergonzaban de vestirla, sino que se sentían honrados.
Al término del liceo* y del curso filosófico llegaba el tiempo de la sagrada tonsura. Con ceremonia solemne, el Obispo, en forma de cruz, cortaba cinco mechones de pelo. El peluquero, después, se ocupaba de hacer la tonsura y el seminarista se convertía en clérigo, esto es, perteneciente al estado clerical.
Pero ahora, ¿quién lleva ya la tonsura? ¿Quién usa la sotana entre los sacerdotes? Todo en la Iglesia católica tiende hacia la protestantización y a la laicización. Sin embargo, sólo la Iglesia de siempre, esto es, la Católica, resulta ser la verdadera, la fundada por Jesucristo.
¡Alabado sea Jesucristo!
Praesbyter senior
* Gimnasio y liceo: etapas de la educación secundaria en Italia de 5 y 3 años de duración respectivamente [ndt].