Domingo de Resurrección
Mc 16: 1-7
Día feliz de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Algunas mujeres fueron muy de madrugada al sepulcro para embalsamar a Jesús, pero cuando llegaron, encontraron que la piedra había sido removida. Entraron un sólo vieron el sudario.. y un ángel vestido de blanco…
¡Si Dios resucitase ahora y viera la Iglesia transformada en un páramo de desolación»
María Magdalena entra en el sepulcro y llora porque no sabe dónde han puesto el cuerpo de su Maestro.
María reconoce a Jesús cuando éste pronuncia su nombre. ¡Que sensación tan maravillosa cuando Jesús pronuncia nuestro nombre!
Luego se aparece a los apóstoles, en la primera ocasión sin estar Tomás, y a la semana siguente con Tomás entre ellos.
También se apareció a unos discípulos que iban camino de Emaús, aunque éstos fueron incapaces de reconocerlo al principio. Más tarde, cuando supieron que era Jesús resucitado se preguntaban el uno al otro: ¿No ardían nuestros corazones mientras nos hablaba…?
Pero la aparición más maravillosa, de la que nada se nos dice en la Sagrada Escritura, pero que tuvo que ocurrir, es cuando se encontró de nuevo con su Madre.
También nosotros nos encontraremos con Él, al final de nuestros días, cuando aparezca glorioso para juzgarnos. Para aquellos que intentaron ser fieles, será abogado defensor; pero para aquellos que le dieron la espalda, será juez justo.
Y mientras tanto, nosotros quedamos aquí en la tierra repitiendo los anhelos de la esposa del Cantar: «¡Déjame ver tu rostro! ¡Déjame oír tu voz!