Según nuestros papas, los problemas más graves del hombre son el olvido de Dios y la falta de seriamente considerar las realidades eternas. Por eso, el mundo se opone a Dios. Los evangelios de los tres primeros domingos cuaresmales hacen todo lo contrario a estas tendencias maléficas. Nos orientan nuevamente a Dios, subrayan fuertemente la suma importancia de Dios, y nos muestran que tenemos que ir a un lugar aparte y estar en silencio, para poder entrar verdaderamente en la Presencia de Dios. En los ejercicios espirituales de esta semana nos enfocaremos en como Jesucristo y el Espíritu Santo fomentan los fundamentos de la vida, piedad y santidad cristiana: [1] la fe, [2] el odio al pecado, [3] el desprendimiento del mundo, [4] y la oración. Lo que más nos ayuda a crecer en estos fundamentos son la Santa Misa y en particular la Santa Comunión.