La fiscal de Málaga, haciendo honor a su nombre, pide tres años de cárcel para dos sacerdotes que han tenido la osadía de criticar al Islam. Pecado nefando para estos nuevos fiscaletes, que hace tiempo le quitaron el velo a la Justicia y en lugar de una balanza, le pusieron un garrote vil. Verdugo tenía que ser el ejecutor de esta orden. El Islam no se toca. Porque es una religión de paz. No se merecen los pobrecitos yihadistas (que son como las Hijas de la Caridad pero sin corneta y con turbante), que tanto aman al prójimo. La Señora Verdugo, ya puede ser fichada para el traspaso de la Catedral de Córdoba (puesto que la tiene cerca), a sus amiguetes pacifistas, que la matricularon y estaban ya pagando el IBI en el siglo noveno. Los dos sacerdotes denunciados por esta amante de la Justicia, seguro que serán defendidos inmediatamente por sus respectivos Obispos, provocando un inmediato comunicado, enérgico y rotundo (como son siempre los suyos), por parte de la Conferencia Episcopal. La Orden del Santo Coño Insumiso, precisamente de Málaga, concederá este año a la Verdugo la Medalla al Mérito y le darán el carnet de Socia de Honor. Gracias, Verdugo.