InfoCatólica publica la noticia y la Declaración: Dos cardenales y tres obispos publican una «Declaración de verdades» para refutar los errores actuales en la vida de la Iglesia
Ayer, domingo de Pentecostés, Sonia Vázquez y yo decidimos publicar este artículo a las tres de la tarde. Hoy, lunes, a primera hora, leo en Life Site News un documento firmado por el cardenal Burke y el obispo Schneider, que se titula “Declaración de las verdades relacionadas con algunos de los errores más comunes en la vida de la Iglesia de nuestro tiempo”. En uno de sus párrafos, escriben lo siguiente:
“Ante los ojos del Divino Juez y en su propia conciencia, cada obispo, sacerdote y fiel laico tiene el deber moral de dar testimonio sin ambigüedades de aquellas verdades que en nuestros días están ofuscadas, socavadas y negadas. Los actos privados y públicos de una declaración de estas verdades podrían iniciar un movimiento de confesión de la verdad, de su defensa y de la reparación de los pecados generalizados contra la fe, de los pecados de la apostasía oculta y abierta de la fe católica de un no pequeño número tanto del clero como de los laicos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que tal movimiento no se juzgará a sí mismo de acuerdo con los números, sino de acuerdo con la verdad, como dijo San Gregorio Nacianceno, en medio de la confusión doctrinal general de la crisis arriana, “Dios no se deleita” en números ”( Or . 42: 7).”
Esa intención de iniciar un moviemiento de confesión de la verdad era la que animaba también mi artículo. Juzguen ustedes mismos la “casualidad” de tal coinicidencia, de tantas coincidencias… Doy gracias a Dios; gracias al Señor por mover los corazones de siervos inútiles como yo, para que seamos instrumentos en sus manos. Del estiercol sabe Dios hacer brotar las flores. Dios no guarda silencio y su Espíritu Santo sigue soplando dentro de la Iglesia. Gloria a Dios. Bendito sea su Santo Nombre.
Quienes quieran apoyar esta Declaración de los cardenales y obispos pueden hacerlo pinchando aquí: PETICIÓN de Apoyo a la Declaración de Verdades de los Cardenales y los Obispos en Medio de la Confusión en la Iglesia Universal.
Este artículo está dedicado a nuestro amigo y hermano en la fe Germán Mazuelo-Leyton, ejemplo de resistencia católica en estos tiempos oscuros de apostasía y herejías. Que Dios le bendiga y la Santísima Virgen le defienda y le ampare siempre.
Hoy, solemnidad de Pentecostés, Sonia Vázquez y yo hemos decidido publicar este artículo en Marchando Religión y en mi blog al mismo tiempo: a las tres de la tarde. En las manos amorosas de Dios ponemos sus frutos.
Según la tercera ley de Newton, Toda acción desencadena siempre una reacción igual y contraria. Pues bien, ante la apostasía creciente, ante la primavera de las herejías que estamos sufriendo en los últimos años, ante la basura ideológica satánica que amenaza con llevarnos a la cárcel el día menos pensado, ha surgido (está brotando), como no podía ser de otra manera, una resistencia católica.
La Resistencia cree en Dios, cree en la soberanía social de Cristo Rey.
La Resistencia cree que Cristo está realmente presente en el Santísimo Sacramento. Cree en la transubstanciación y considera este milagro cotidiano que se da en cada Santa Misa como una línea roja que estamos dispuestos a defender con nuestra vida.
La Resistencia Católica cree firmemente que no hay otro Salvador que Jesucristo, Hijo Único de Dios; y en consecuencia, no hay salvación fuera de la Iglesia Católica, cuya cabeza es el propio Jesucristo. Creemos que el único ecumenismo válido es aquel que predique la conversión de todos los hombres y todos los pueblos a Cristo. “Quien crea y se bautice se salvará pero el que se niegue a creer se condenará”.
La Resistencia ama profundamente, entrañablemente, a María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra. Los dogmas marianos (como todos los demás dogmas) son igualmente líneas rojas que no permitiremos nunca que se traspasen.
La Resistencia ama la Tradición de la Iglesia.
La Resistencia cree en la sucesión apostólica y defiende especialmente al sucesor de Pedro, siempre y cuando los obispos y el Papa defiendan y conserven el depósito de la fe y prediquen la verdadera doctrina de la Iglesia, aquella que ha sido predicada siempre y en todas partes y está recogida en el Catecismo y aprobado en los Concilios, con absoluta fidelidad a la Tradición. “Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” La Resistencia es fiel a la Verdad, que es Cristo.
La Resistencia cree en la comunión de los santos. Los santos y doctores de la Iglesia son nuestro ejemplo de vida y nuestros maestros de la Doctrina.
La Resistencia defiende la Liturgia y los sacramentos sin adulteraciones, innovaciones ni creatividades.
La Resistencia lucha contra la filosofía moderna y modernista.
La Resistencia es fundamentalmente tomista. Santo Tomás, el Doctor Angélico, el Doctor común de la Iglesia, es el gran filósofo católico y su magisterio ha sido asumido como doctrina católica por numerosos pontífices y reconocido como doctrina verdadera en numerosas encíclicas y documentos de la Iglesia.
La Resistencia adora al Santísimo y reza. El rosario es su arma más temible.
La Resistencia vence entregándose como sacrificio expiatorio, igual que el Cordero, y acepta el martirio: antes morir que apostatar.
La Resistencia practica la Caridad.
La Resistencia vive por la Fe y se alimenta de la Eucaristía.
La Resistencia profesa firmemente el Credo de la Iglesia.
La Resistencia acata y desea fervientemente cumplir, por pura gracia, los Mandamientos de la Ley de Dios. Dios no manda nada sin concedernos al mismo tiempo la gracia para que lo podamos cumplir.
La Resistencia combate las herejías y la apostasía. La Resistencia aborrece el pelagianismo y el semipelagiansimo; el luteranismo, el arrianismo y, especialmente, el Modernismo, que es la suma de todas las herejías.
La Resistencia Católica no necesita líderes ni estrategias: Nuestro líder es Cristo y nuestra estrategia y nuestro camino, la Cruz.
La Resistencia Católica solo se arrodilla ante Dios. Pero siempre se arrodilla ante Dios.
La Resistencia aborrece la papolatría, el sedevacantismo y la tibieza. Y más aún, a los pastores cobardes que guardan silencio mientras los lobos devoran al rebaño de Cristo. Por eso rezamos por su conversión y rogamos al Dueño del rebaño que envíe buenos pastores a cuidar de sus ovejas.
En consecuencia, rogamos a los buenos pastores que no nos abandonen. Hay muchos fieles que se sientes huérfanos y que andan desorientados como oveja sin pastor. Y a los laicos que tienen capacidad de organización y de influencia, les rogamos que nos agrupen y nos organicen para que podamos ir todos juntos camino del martirio.
La Resistencia se consagra al Sagrado Corazón de Jesús por el Inmaculado Corazón de María.
Bendito sea el Nombre de Jesús y bendita sea su Santa Madre.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Pedro L. Llera, InfoCatólica – 9 junio 2019
L’articolo La Resistencia (actualizado II) proviene da Correspondencia romana | agencia de información.