Un verdadero río humano participó este sábado 19 de mayo de la VIII edición de la Marcha por la Vida de Roma, el más significativo evento pro-vida promovido a nivel nacional, para decir un claro no al aborto sin peros ni condiciones.
La marcha más imponente de los últimos años y constituida por jóvenes, familias, parroquias, sacerdotes, grupos y asociaciones, partió alrededor de las 15.15 de la plaza de la República y se articuló ocupando, de punta a punta, toda la vía Cavour hasta la vía de los Foros Imperiales, para después alcanzar la iglesia de Nuestra Señora de Loreto en la plaza Venecia.
Detrás de la pancarta de la marcha, desfilaba una quincena de Alcaldes con la faja tricolor, además de diversas figuras institucionales como el Honorable Lorenzo Fontana, vicepresidente de la Cámara de Diputados, el Honorable Giorgia Meloni, presidente de Fratelli d’Italia, el Honorable Giancarlo Giorgetti, jefe de la bancada de la Liga en la Cámara de Diputados.
También estuvieron presentes numerosas delegaciones pro-vida internacionales de los cinco continentes, así como autoridades religiosas como el Cardenal Raymond Leo Burke, Monseñor Carlo Maria Viganò, el Nuncio Apostólico Emérito en los Estados Unidos y Monseñor Luigi Negri, Arzobispo Emérito de Ferrara-Comacchio, varios párrocos y representantes de Instituciones religiosas.
No podía faltar tampoco el alegre Tren de la Vida, cargado de niños y de madres. Junto a la plaza Venecia, el imponente cortejo se reunió alrededor del gran palco de la Marcha, para escuchar los testimonios propuestos: Janet Moran habló de su asociación Silent no more, fundada en los Estados Unidos para ayudar a las mujeres que abortaron. A continuación intervino Margherita, una joven señora napolitana, madre de dos hijos, convencida el último mes de enero de matar al tercer niño que tenía en su seno porque había resultado down.
Hoy, gracias a la ayuda de su párroco, transformó el dolor y el remordimiento por la elección de elegir combatir el aborto, a fin de que otras mujeres no tengan que padecer su mismo sufrimiento. Federica, una joven down romana, compuso a su vez con sus propias palabras un auténtico himno a la vida, relatando como y cuando la suya es feliz, bella y absolutamente digna de ser vivida, por el hecho de sentirse amada y acogida por todos. Después tomó la palabra Viviane, la madre de Vincent Lambert, el 41° tetrapléjico francés, desde hace 18 años en estado vegetativo, que se encuentra en el hospital de Reims.
Aunque no se trata de un enfermo terminal, los médicos parecen tener la intención de interrumpir la hidratación y la alimentación, provocándole en consecuencia la muerte. Solo la firme oposición de los padres detuvo hasta ahora sus manos. Viviane, la madre, autora de una carta al presidente Macron al respecto, aseguró que no tiene la intención de transformar a su hijo Vincent «en el portabandera de la eutanasia, sino en el portabandera de la vida».
Virginia Coda Nunziante, presidente de la Marcha por la Vida, completó el trabajo recordando el trágico aniversario que transcurre este año en Italia es decir los cuarenta años de la aprobación de la ley 194 sobre el aborto: «Es un libro de la vida y un libro de la muerte. En este libro de la muerte la fecha del 22 de mayo de 1978 está escrita con letras de sangre, la sangre de casi 6 millones de víctimas”, a la que hay que añadir los 50 millones de niños asesinados todos los años en el mundo, «137.000 por día, 5.700 por hora. No queremos dejar pasar este aniversario sin exigir la derogación de la ley 194 y, a la espera que se llegue a esta determinación, la suspensión inmediata del gasto público de los 2300 millones de euros que cada año son dedicados a asesinar a nuestros niños», dijo Virginia Coda Nunziante, denunciando que, frente a una Salud Pública en crisis, el aborto está incomprensiblemente a total cargo del Estado, es decir, de todos los contribuyentes:
«La nuestra es una sociedad muy hipócrita -observó la presidenta de la Marcha por la Vida – ahora practica la eugenesia y el infanticidio de Estado, del cual hemos tenido un dramático ejemplo en Gran Bretaña con el asesinato del niño Alfie Evans». Y justamente al niño Alfie le fue dedicado una pancarta humanitaria, compuesta de algunos jóvenes subidos al escenario, y el lanzamiento final de muchos globos hacia el cielo. Con las vivaces notas del coro de las voces piadosas de la parroquia de San Pedro en Patierno, que propuso una canción contra el aborto, el cortejo se disolvió dándose sin embargo desde ya cita para el año próximo, el 18 de mayo de 2019, siempre en Roma. La Buena Batalla por la Vida continúa. (M.V.)
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